Para mi tocaya, la señorita Plaza.
Te invito una copa, pero de helado,
porque no tomo y chateo al mismo tiempo.
Y digo cosas que no voy a arrepentir.
Y creo lazos que no puedo definir.
Demuestras confusión,
tienes tatuado un corazón.
Me regalas música, y no sabías que yo lo soy.
Como cuando le regalas tus lágrimas al mar, ella te extrañaba.
Y fluyo, y me fluyes, y no sé como agradecerte.
Más allá de las palabras, mis acciones están un poco limitadas.
Cuando pienso en mis amigos, pienso en ti.
Y tengo tatuadas letras en latín.
Lamento ser tan grosero en este disco,
tú sí mereces que me disculpe contigo.
Aunque sabes que mi corazón, bueno,
son químicos y cáncer. Y queso.
(continuará, ella la tiene completa de todos modos)
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