6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6
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diciembre 23, 2020

Dieta a base de lácteos y skittles.

18 de marzo 11:36

Estoy bien, sólo me rodó un Gravios encima.
 
09:50 a.m. 20/03/2020

09:51 a.m. 20/03/2020

07:07 a.m. 23/12/2020

Cuando era chico, e incluso hasta mi mayoría de edad, mis hermanos se burlaban de mí y me señalaban porque no trabajaba y jugaba muchos videojuegos. Pero en parte era su culpa porque no me presionaban suficiente.
Después sí me presionaron y me causó depresión.
Todavía sigo así, aunque al menos ya trabajo.
Por eso oyes/lees que me hundo en cosas que me causan satisfacción, tan solo con tenerlas, y me entretengo en una sola cosa por mucho tiempo hasta que me enfado y lo boto por otra cosa.
Cuando escribía más, era así, y por eso, porque me enfoqué solamente en escribir y creé composiciones que al día de hoy están entre mis favoritas, cosas que me gustaría leer.

{Unter Alles}

"Ya me hace falta" aislarme otra vez para crear, y verterme en oquedad que chocará con pared y ahí se quedará, destrozada, sin utilidad real.
Cosas que vas a leer y olvidar a los 2 minutos.

07:37 a.m. 23/12/2020
Mi vida es efímera.

Hay luz, tanta que lastima.
Hay tanta luz, una lástima.

Bebo otra taza de café, aunque tenga los nervios alterados, aunque el impulso sea negativo, me gusta el sabor, me baso en eso.

Pero cómo vas a aceptar que estás equivocado, mejor seguir equivocándote y convencerte de que esto es real.

08:48 a.m. 23/12/2020

Titular.

Cartón de leche, servirte una taza. Bolsa de skittles, rasgar y vaciarte 6 piezas en la mano, pasarlas a la boca cual pastillas. Dos tragos de leche tibia. Guardas el cartón en el refri.
Ya desayunaste.
Medio día, día a la mitad. Luego 1pm, Te preguntan si ya comiste. Terminas de editar videos, de ponerles música, de redondear contenido, eliminando pausas.
Ahora un vaso de leche fría, con media bolsa de skittles, los que quedaron de la mañana, los vacías en el vaso, que se vayan disolviendo mientras se calienta la leche por la temperatura ambiente.
Dos cucharadas de requesón, si queda hambre.
Una rebanada de queso fresco a media tarde, si el interior comienza a rasguñar, y lo hace una que otra tarde.
Terminas de ver a los que sigues, demasiada especificidad.
Estás en un mundo de video, te sientes cómodo al no tener que conocer a toda esa gente en persona. Aunque te lo han sugerido.
Es que aterra la realidad, el mundo de afuera, el aire fresco, los árboles, los autos, el ruido.
Mejor me quedo en casa, te dices, mejor le paso la aspiradora a la alfombra.
2 quesadillas con lo que quedó de skittles en la noche, porque te va a dar hambre.
Y repites cada día, variándole, pero siempre comes skittles y tomas leche, a veces sólo eso. A veces queso.
A veces te sientes valiente y te comes medio bote de crema.
Ya te advirtieron que te vas a enfermar, te vale madres.
Te vales madres. Te valen madres ellos, no te van a venir a rescatar, ni tienen por qué hacerlo.
Estas fauces artificiales que te has creado alrededor te dan confort porque la angustia es algo familiar, te plantas un auto-sabotaje más adelante y así ya sabes qué pasará si lo intentas, si mejoras, si perdonas, empezando a ti mismo, y por eso no lo haces. Le has tomado gusto al veneno, y cariño al gusto.
Terminaste todos los juegos que te descargaste el sábado. Ya comienza el temblor, más skittles.
Rechazas ayuda, porque te tomó tiempo llegar a este punto, aunque se te dio natural la autodestrucción. La auto-ruina.
No quieres perder esta demencia, porque es tuya, sabes que no va a suceder, pero esperas un resultado diferente.
Nerviosismo por el calcio acumulado, grasa, proteína. Hay una enfermedad pero no recuerdo el nombre.
Sabes que estás equivocado, pero es la única forma en que puedes ser tú mismo.

¿Por qué te detestas tanto? Hace tiempo dejaste de hacer esa pregunta. Hace tiempo dejamos que te hicieras esa pregunta. Hace tiempo que no te preguntas qué te dejo hacer. Hace tiempo dejamos de hacerte esa pregunta.
Voy a hacer mejor a la humanidad, al desaparecer.
Una vida termina.
Y no tiene por qué importar.
 

(Texto 8 de 2020)

marzo 27, 2020

Fisga profesional.

El egoísmo nunca se va, ni se irá.
Disfruto haciendo esto, contigo, no sé cuánto lo disfrutes tú, ni me importa.
A veces no pienso si confío en ti, pero sé que cuando llegue el momento voy a
"tener que" matarte.
Ya llevamos un buen conteo de cuerpos. A ti te gustan diferentes, a mí me gustan pelirrojas pálidas, delgadas, bustonas, cuchillo carne por carne. [Ausencia de conjugación, contexto, objetivo]
Vi muchos videos de cirugías pero no aprendí.
Tú en cambio hasta suturar sabías. Tú sí eres la definición de autodidacta.

Olía similar al vómito cuando les abría la panza. Cuando tiraba de los intestinos para arrancarlos de la cavidad, aún estaban calientes. Debíamos tener cuidado con los jugos gástricos que quedaban. Algunas de ellas acababan de cenar.
Me gustan más las que salían a correr, todavía con su ropa para hacer ejercicio. Me gusta mucho lamerles el sudor de la piel.
A ti te gusta orinarles encima, en la cara, marcarlas como tuyas.
Al final los dos estamos impotentes, frígidos.
Frígidos. Convencionalismos no nos encienden. No siento de otra forma, ni tú tampoco.
Tu cuchillo es tu extensión, así invades y reclamas, no se te moja la vagina de otra forma. Mi cuchillo es una prótesis, corte hacia arriba para remplazar penetración sexual. Porque no me endurezco como los demás hombres, pero sí llego al éxtasis cuando su sangre salpica mi cara.
A ti te gusta cortar en cuadritos la carne ya fría. A mí me gusta despellejar, morder el cartílago.
A ambos nos gusta cocinar porque así hacemos algo útil de todo ese desperdicio.
Cumplieron una función al satisfacer nuestra necesidad oscura, antes y después de eso sirven para muy poco. Disfrutamos cocinando porque es como seguir burlándonos de ellas. Es como "No importa, ahora sólo eres un ingrediente de cocina más. ".
Me creo mucho, pero tal vez tú me mates a mí. Acepto que eso puede pasar. Tampoco me importa. Serviré para algo entonces. Seré arte cuando me cocines y decores.
Escribo en el diario con detalle, para volver a intoxicarme con sensaciones cuando lo lea otra vez. Tú prefieres tomar video, una vez consumido el hecho. Te gusta grabar el desenlace de nuestras sesiones, después de terminar, casi antes de comenzar a limpiar, cuando aún hay hilos de sangre escurriendo de la mesa, hasta la coladera.
 
Filetes empacados al vacío, con gramaje controlado, en congelador. Así concluímos.
 

agosto 16, 2019

Serpiente de ciudad.

Estoy vulnerable cuando cambio de piel, cuando engullo a mi presa, cuando hiberno.
Pretexto irme de vacaciones 3 semanas, cuando me quedo en casa, encerrado, quieto.
No me ven llegar, me escurro entre sus pies.
Y muerdo.
Uno cada semana, es mi anatomía.
Voy limpiando este lugar de los inservibles, de los que nadie reclamará.
Le hago un favor al mundo, aunque no lo veas así.
 
Tardes tranquilas, contemplando el campo. Me sostengo de mi propia labor.
No tengo muchos amigos, y me preguntan seguido que por qué no hablo de mi familia.
Están extintos.
 
Me ves mover lento, pero es que estoy digiriendo.
Me escondo entre ellos, los de sangre caliente.

febrero 07, 2017

Sumure

Ya está comenzando como dije que lo haría.
Y esto es lo que querías, con todos los detalles.
Es lo que planeamos y te hicimos hacer, para asegurar el futuro.
Ese tiempo intangible e inexistente, hasta que lo tocas, y lo tienes en tus manos, y se convierte en presente.
Y el presente es el único bien que te permitimos tener.
 
Soy la hija de una de las chicas astrales, las gemelas originales, quienes a su vez son hijas directas de Agassmirisch, como tú llamas a la Creadora.
Soy hija de Arkhenyz (de nuevo, como tú la llamas), la oscura. Y tú eres su siervo. Un simple títere, pedazo de carne prácticamente inservible. Prácticamente, pero no del todo pues aún podemos descender en ti a nuestro antojo y causar estragos entre la gente que te rodea. Algunos de ellos incluso son puentes hacia otras entidades también.
 
Dos serpientes, eso eres, y se han comido al ratón.
Una medusa, con dos corazones. Y un pez que nada alrededor. Interior de agua salada, lágrimas y salmuera.
 
Has elegido un destino malo para no tener que elegir otros destinos terribles, peores. Te dimos las opciones y tomaste la que menos daños les hacía a todos. Y ahora sufres.
Lloras.
Te arden los ojos.
Y qué bueno. Te mereces todo lo que te está pasando. Mereces sentir todo lo que estás sintiendo.
 
Tu tiempo se terminó.

marzo 27, 2016

Me iré al sol {fragmento}

Y tengo copa D.
Cuando somos polvo, no importamos.
 
Cuando eres luz, no eres bonita, ni me importa.
Me importan tus sombras, que pueda consumir.
 
Quiero tu sandía, tu carne.
 
Quiero morder, y que te duela, y que sangres.

Aquí no estoy bien, aquí no soy feliz. Ni tú lo eres.
No me sigues, eres pan, que se quema sin comal.
 
La que me queda más cerca, me iré con mi vecina,
que es tan caliente como tú.
 
Ocho minutos y medio nos separan del desastre,
cuando lo vimos, ya era demasiado tarde.
 
Pero tú dices "todos podemos cambiar". Estás tan equivocada.
 
Tanto que duele.

abril 26, 2014

Perla

Vino un día de entre la hierba.
Se acercó a mí, me habló por mi nombre.
Y desde entonces me seguía.
Conocía a un chico que se parecía a mí, y yo imaginé una vez a alguien como ella.
Y yo una vez dejé ir a alguien como ella.
Y siempre me respondía con la verdad. Y las palabras a veces se sienten como navajas.
Y a veces uno traga dolores por personas.
Nunca escriben historias de personas aburridas como nosotros.
Nosotros escribimos nuestras propias historias y las adornamos.
Dijo que no podría seguirme, que moriría en su ciudad. Ese bosque de edificios la había engullido, la había hecho suya, aunque ella no hació ahí.
Por las noches salía a cazar y me contaba en metáforas sobre las pesonas que consumía.
Me contaba de las personas que después la descartaban porque querían "algo más". Nosotros no éramos suficientes para unos estándares artificiales.
Tenía otra amiga que confundía siempre mis traumas. Ella creía que yo seguía pensando en personas que decidieron irse por su propio pie. Que les vaya bien.
Recibí un maletín. Aparentemente vacío. Sólo contenía postales.
Quiso que me quedara con los pocos recuerdos buenos que ella forjó del mundo.
Nacimos en un tiempo equivocado.
Vino de entre la hierba y me habló por mi nombre, me lo dijo al oído.
Tomó mi mano y me entregó algo y la cerró.
Tallé su nombre en mi pierna, tallé profundo.
La escucho en el viento, la veo en las hojas, la pruebo en el agua.

abril 14, 2014

Ruby.



Parece como si no lo entendieras.
Haces que me duela el estómago.

Se llenan mis oídos con tus gritos dolientes.
La daga se ha roto, ya no tendré manera de hacerte sentir así.
Se oxida la navaja. Mis manos pierden fuerza.
Pierden filo mis dientes.
Fluye el medicamento azul. No me dejes conectado.
Eso no es vivir, no quiero quedar así, dependiendo de un ventilador para respirar.
Y háganlo antes de que mis órganos buenos se pudran.

Tú sigues seria, callada, ingiriendo tus alimentos. Sólo intercambiamos miradas esta mañana.
Sonríes a medias, con sinceridad. Te vas a trabajar.
Yo me quedo porque es mi día libre.
El día sabe a aire caliente, reseco.
Me despierto acostado en los azulejos del comedor. Otra vez hay ropa interior de mujer que no es tuya en el baño. Le vuelvo a hablar al espejo pero no me responde. Me siento cansado y con hambre.
Salgo y quiero ir a visitarte en tu hora de comida. Me visto y encuentro su tarjeta con el mismo teléfono que no reconocía de una llamada perdida.
Vuelvo en mí y ya te comiste la mitad del emparedado. Me duele la mano derecha.
Me culpas porque te convertiste en alguien posesiva.
Vuelvo en mí y tu cabello es rubio, y recuerdo que siempre ha sido así y ya no estás reclamándome nada.
Vuelvo en mí con tus labios en los míos, no sé que dije pero usas la palabra amor en una frase.

Le hablo al espejo pero no me contesta.

Termina tu hora de la comida y me sonríes como en la mañana. La rutina nos ha devorado, porque le permitimos que nos hospedara en sus fauces, me siento seguro sabiendo que tengo muy poco control sobre mi vida.
En la noche de tu cumpleaños te veo en el baño recitando disculpas. Tocas el espejo y escondes una carta.
Le hablas pero no te responde. Sonrío. Te entiendo pero tú no del todo a mí. Él es más fuerte que ella. Él es más fuerte que tú.
Vuelvo en mí, estás encima, sabes a sal, me compartes tu calor.
Hueles a óxido. Y yo a coco.

Le hablo al espejo, y ella me responde.

abril 10, 2014

Jade

Tengo novia.
No, no tengo novia. Y si la tengo, la negaré porque es fea.
Es feo estar solo.
Pero es más feo sentirse solo.
¿Que si estoy enojado?
Sí, estoy enojado, estoy triste todo el tiempo.
Las personas que me conocen ya no me preguntan cómo estoy, pues saben las respuestas que daré.
Heridas autoinflingidas. Respuestas auto-impuestas.
Pon el casete. Dale "play".
Déjalo que suene. Baila, y los cuchillos se caerán.

Norma dice que no quiere que la reconozcan.
Ophelia estaba conmigo desde Tijuana.
Norma dice que como ella, pondría fotos de las otras chicas.
Y me daría una excusa.
Me daría un vientre vacío.
Me daría un íleo matriz.

Hace casi una vida me inspiraban palabras ajenas.
Tania está triste porque no tiene novio.
Perla está triste porque no tiene trabajo.

Katya está enojada, se cansó del drama y decidió retirarse. Hizo lo más sano.

Alguna vez tuve cuerpos ajenos en mis manos y los traté de maneras obscenas. Sólo nos divertíamos.
Pero ya no más. Las muñecas están marcadas con recordatorios de tiempos estúpidos.

Dime qué te ofrezco. Embriaguémonos, no hay razón para no hacerlo.

A veces se me olvida que Ophelia Camille no está aquí para hacerme compañía en estas noches con sabor a sangre, noches de media luna que cae a nosotros inminente.

No se me olvida que todos vamos en el mismo barco. Pero Terra no podrá soportarnos a todos. ¿Te has puesto a pensar?

marzo 09, 2014

Aún menos

Estoy viendo cuevas con estalagmitas de espuma.
Y amo mis objetos.

Trato de enmudecer los pensamientos tontos antes de presentarte mis opiniones predispuestas.
Amo mis objetos pero no le pertenezco a mis objetos.
Las cosas sin ti no son nada.

Trato de navegar entre la niebla que esta uva y estos licores corruptos me proveen mientras al mismo tiempo levantan el velo.
Si el mundo está llenos de fantasmas, y estoy solo, aquí no hay ningún fantasma.

La proporción correcta entre bebidas te permitirá disfrutar el trago sin asquearte mientras fluye levemente el contenido etílico hacia una nebulosa desinhibición.

Habemos anclas, y las anclas no necesitan anclas.
Nos ponen en el mundo repitiendo ciclos de vida. Saltando de cuerpo a cuerpo y de cama a cama.

Como todos los preludios en enunciados dislocados, me he vuelto una decepción para mis propios estándares sobrevaluados auto-impuestos.
Y dos minutos llevan al infarto.

Si entraras en el cuarto, no reconocerías lo que quedó después de la explosión. Todos los colores que amalgamé en ficción que quise convencerme era real.
Si hay suficiente dolor involucrado, uno o una tiende a comenzar a pensar que sea lo que sea, debe ser real.

noviembre 21, 2012

Estocolmo.

Era febrero cuando me secuestraron, poco después de nuestro aniversario.
Aunque me trataron bien... no pasé hambre ni otras incomodidades... Sólo era incertidumbre acerca de si vería la luz del día una vez más.
Me tuvieron en una casa de seguridad tres días.
Usaban pasamontañas pero yo creo que no les importaba que los viera.
Todos tenían resentimiento en los ojos, menos uno.
Y lo siguiente que relato es lo que ocurrió el tercer día.

Después de desvestirme, atarme de los pies y ponerme una mordaza, me sentaron en el suelo mientras decidían qué hacer conmigo.
Sentí una mano que me levantaba mi barbilla, luego otra agarraba uno de mis pechos. De alguna forma el no ver incrementaba mis otros sentidos. No podía decirle a mis pezones que no se excitaran.
Me apretó fuertemente el otro, no sabía que me gustara, y comencé a mojar.
Me preguntó si me gustaba, no contesté, tuve miedo de mentirme a mí misma. Entonces me dio una cachetada que me tiró al piso, caí de lado, en mis rodillas, con mis palmas en el suelo, al mismo tiempo que gemí intensamente.
Supondré que a uno de ellos se le antojó lo que vio, porque oí como se quitaba la ropa.
Y comenzó a tocarme. Se acercó a mí por detrás, sentí su miembro en mi trasero, picándome con su puntita, frotando mi ano, me sentí sucia, pero eso también me excitaba.
Sus manos agarraban con firmeza, y sabían a donde ir.
No paraba su lenguaje obsceno sobre mi cuerpo, pero eso de alguna forma me halagaba. Siempre había estado protegida de eso, no lo había experimentado hasta ahora, y como él mismo lo dijo, mis pezones se pusieron duros y demasiado sensibles. Asocié la voz con el que no tenía ese rencor en sus ojos.
Él casi estaba acostado sobre mí, paseando su mano por mis pechos que respondían a los estímulos y me descubrían sensaciones casi olvidadas. Su pene seguía punzando, provocándome, sin estar adentro me contraía y dejaba fluir mis jugos, sólo presionando contra mi piel íntima, mojándome también con su punta.
Me acarició la espalda y por reflejo subí más mi trasero.
Esa fue la señal para él, bajó sus manos a mis nalgas, las agarró con firmeza, y me abrió con sus pulgares, y sentí como se introducía tan naturalmente hacia adentro de mi lubricada vagina.
Sentí alivio de que, al menos, quien fuera a hacerlo me lo hiciera con amor.

Estaba muy sensible, tenía mucho tiempo que no lo hacía.
Y la sorpresa me dolía, pero no podía dejar de disfrutarlo.
Mis piernas se contrajeron solas, a mi vagina le presentaron esos movimientos tan diferentes a los de mi esposo(de quien ya los conocía todos), no bruscos, sino delicados, pero firmes al mismo tiempo, como de alguien que sabe exactamente lo que hace.
Y la confianza en sí mismo me hacía confiar en él.
Así que me rendí.
Me apoyé con mis puños en el suelo y bajé la cabeza. Entonces él me tomó de la cadera con ambas manos y se empujó con más fuerza dentro mío.
Mis contracciones se coordinaron con sus latidos, puso mi mano bajo mi clítoris, mis movimientos hacían fricción automática. Y ya no pude contenerme. Apreté los puños, exhalé y gemí a través de la mordaza. 1, 2, 5, 7, 10, 15 orgasmos, consecutivamente. Dejé de contar. Él seguía embistiéndome con su falo duro, de pronto me jaló el cabello y puso su otra mano en mi hombro, me lo metía más fuerte, supe que iba a terminar.
Entonces sentí las pulsaciones y el rocío caliente que lo acompaña, y sentí que explotaba yo también.
Me soltó del cabello y del hombro.
Yo caí rendida.
Todavía estaba palpitando cuando me lo sacó.
Y no se quitó de encima de inmediato.
Me lo puso entre mis glúteos. Yo ya no podía pensar bien.
Disfrutaba los últimos momentos, con su respiración agitada, después de haber saciado su instinto.

El cuarto día llegaron los policías, abatieron a tres de mis secuestradores, luego me enteraría que eran parte de una banda y que los habían capturado a casi todos.
Meses después, alguien entró a mi recámara cuando no estaba mi marido, usaba un pasamontañas, pero reconocí los ojos...