6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

agosto 25, 2023

Paralelismos, 5. \\ Cajera.

Ese viernes, no quise salir. Ya iba a ser un año desde que empecé a trabajar en las pizzas.

Iban a ir mis compañeros a un bar, a cotorrear. Iban a ir las chicas de caja también.

Me invitaron.

Aunque la vez anterior me divertí mucho, porque pude cantar. Y bailar con una de mis compañeras de caja.

Pero esta vez no. No quise salir. No quise ver a nadie. Iban a cenar, cortesía del papá de uno de ellos, que tiene un restaurant. Decliné cortésmente. 
Quise quedarme en casa. Tenía un par de capítulos de una serie, y una película, pendientes para ver.
Tampoco invité a mi otra amiga, que no es del trabajo, a verla. Pensé que tal vez estaría libre, pero no le pregunté. 

Depresión es, rechazar la comida.
Negarte ante las invitaciones a comer. 
A salir. A beber. A bailar. A conocer a "su prima", como te dijo tu amigo. 
"Le caerías bien", pero tú ya estás muy cansado. Ya no quieres volver a "intentar". 

Depresión también es, rechazar ayuda.

No tienes otra razón salvo que no te sientes bien. Quisieras desaparecer. Mejor me voy a dormir.

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Tampoco quiero estar aquí. 
Aunque lo que me gusta de Toluca es que llueve mucho. 

Una lástima que te toquen mis malos humores de la mañana cuando no me he tomado mi primer café, no me ha dado ese dolor, ese rasguño intestinal, que me mantiene desmotivada, me desciende a la humildad porque no voy a ir a que me den pastillas para que se me haga otro agujero en el estómago, como el anterior. No sé cómo la gente puede vivir con reflujo. 

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No tienes ni idea,
cuando te veo en caja,
y suspiro, porque pienso en ti. Y sé que tú no piensas en mí. 

Conozco mis alcances, y sé que no te fijarías en mí. En otras circunstancias, ni me hablarías. 

Pero por fortuna o por desgracia, somos compañeros de trabajo. 
Y has aprendido de mí, y ya vas entendiendo que sí me puedes contar cualquier cosa. 
Pero yo a ti no.
Fueron contadas las ocasiones que alguien se robó mi confianza en mí mismo al hablar, como lo haces tú. 
Sólo sé responder, no sé "sacar plática" porque no sé qué te guste, o si te gusta algo.
Te he reducido muchas veces a una chica simple y aburrida, para que me dejes de gustar. 

Pero el físico me mantiene, porque tus feromonas ya se incrustaron en mi cerebo, y hemos estado produciendo un veneno que cae hasta el corazón y lo rompe, y en ese camino, el dolor me hace sentir algo, más allá de mis fosos de fango y vidrios, siento algo, que me gusta, y me genera adicción. Produzco mi veneno y mi adicción. Y me gustan tus negativas porque me ponen los pies en la tierra. Y me regresan a mis pasatiempos en los que no estás tú, ni lo vas a estar. Regreso esos días trágicos, en los que me contestaste feo los buenos días; a los videojuegos, a escribir, a esculpir en plastilina, a "dibujar", a escuchar música que tengo pendiente. Me creo una ilusión y me la rompes. Se rompe el corazón y el cerebro un poco. Y puedo dejar de pensar en ti un rato. 

Qué bueno que no me haces caso; ya te estarían preguntando tus padres que por qué te viniste a vivir conmigo. 

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Luego me acuerdo que tú misma dices que "la vida es fácil", 

cambio de opinión. 

O mejor dicho regreso a la anterior: que eres simple y aburrida. 


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