6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

mayo 20, 2015

Gris (2)

Podría describirme a mí mismo como un alcohólico funcional. Excepto que no me la paso ebrio. No, pero lleno mi vida de actividades para no tener que pensar mucho, aunque las repito. Y si pienso demasiado, corro el riesgo de hundirme en la depresión otra vez.
En ocasiones, me gustaría contártelo. 
Pero no vale la pena. 
Llego a la conclusión de que tú tienes tus propios problemas. Incluso, algunos serios. 
Mi estado emocional no es de vital importancia.
Concluyo que todas esas cosas que a veces quisiera decirte, sólo nos harían perder el tiempo. Por eso ya casi no te cuento nada. "No tengo nada que decir", nada importante o que haga tu vida mejor. 
A veces me caes mal, por detalles de tu forma de ser. Pero aún así te quiero. Te acepto con todo y esas cosas que me harían detestarte si no te conociera mejor. 
Y si tú me hubieras conocido hace 10 años, no seríamos amigos. 
Me gustaría contártelo. Me gustaría describirte mis efímeros altibajos, pero lo analizo, y no tiene importancia. 
Todo el tiempo estoy triste. Todo el tiempo estoy enojado. 
Algunas veces estoy contento, y se me olvida por un momento que la vida no tiene sentido, y que vamos en un tren hacia el vacío. 
No sé como divertirme. Sé como entretenerme. 
No sé ser feliz. No sé aceptar ayuda. 
No sé confiar. No sé "dejarme ir", como dicen ustedes, actuar sin pensar. 
Excepto cuando estoy ebrio. Entonces se aclara mi mente, no se nubla. 
Pero no lo estoy todo el tiempo. No siquiera seguido. 
Me gusta la rutina, y no me gustan las sorpresas. 
Y hace poco descubrí que realmente no me gusta que me pongan atención. 
Y cuando digo tonterías o hago estupideces es porque realmente no estoy pensando, y no me acuerdo que la vida no tiene sentido y nada vale la pena. 
¿Por qué querrían ponerme atención? Soy muy poca cosa. Los alejaré si lo intentan. 
No hago nada interesante y no tengo sueños para el futuro. 
Uno no acepta el amor que cree merecer. Eso es de un libro/película boba con una trama endeble. Es una estupidez, como muchas de las cosas que hay en los medios. Cosas de las que te quieren convencer, como si fueran verdad, o reglas de vida, o aplicaran para todas las personas. 
Uno acepta(o no) el amor que recibe, muchas veces de la persona equivocada y de la forma equivocada. Las mujeres en general no saben lo que quieren, por eso hay tantas infelices. Mujeres golpeadas, abusadas, o parejas de un reverendo PATÁN. 
Y si alguien anduviera conmigo, la resentiría un poco porque sé que podría conseguirse alguien mejor. Porque me importa, y la quiero, y quiero lo mejor para ella, y yo no soy lo mejor. A veces ni soy suficiente. O es que piden demasiado y yo ya no tengo tanto. 
Adentro, hay muy poco rescatable, casi nada. 
Afortunadamente no tengo que tomar esas decisiones ahora. 
Y tú no necesitas todo este drama que se evapora. 
No necesitas otro amigo.
No necesitas alguien más que le des atención. 
Por eso no te lo cuento, aunque a veces me gustaría hacerlo, y comprobar de nuevo que no estoy equivocado. 
Te dirán que soy aburrido, mejor te lo digo yo de una vez. 

Adentro sólo hay un niño enojado llorando. Ya no se acuerda por qué. 

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