6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

mayo 19, 2010

03: Desde mi trono vacío observo el mundo.

Sentado aquí, con una corona hecha a la medida.
Mi corona.
No quise reinar pero las personas me escuchaban.
Y otras personas las escuchaban a ellas.
Es destino o camino.
Esta mañana escucho el informe semanal.
Con sonrisa impaciente y arrogante atención.
Como el primer informe me siento nervioso.
Pero no dudo en lo que se tiene que hacer.
Mi reina comunica mi decisión antes de que yo siquiera la pueda decir.
Al igual que yo, ella no tenía pensado gobernar.
Pero al escucharme, ella decidía no irse.
Decidía opinar. Sugerir otro curso de acción.
Mi amiga, mi consejera, mi amante, mi esposa.
Veo mis ejércitos marchar una vez más.
Veo mis barcos zarpar en nueva misión.
Yo me quedo aquí.
Yo me entero del acontecer del mundo.
Y no me mantengo pasivo.
En las guerras en tierra lidero.
Estoy en la primera linea, hombro a hombro con los demás.
En ese caos sangriento, pero marchante de muerte soy igual que lo demás.
Sonrío, pero sujeto bien fuerte la espada.
A la hora de hacer tratos sólo quiero lo mejor para mi gente.
Pero he dejado esas decisiones a personas más sabias que yo.
Comerciar a través del mar no es lo mío.
Mi pavor por navegar me lo impide.
He aprendido a valorar la tierra bajo mis pies.
Yo, prefiero galopar.
Viajo hasta los más lejanos rincones para platicar con ellos.
Y averiguar qué es lo que falta.
Después de todo, si yo vivo bien quiero que ellos también.
Procuro no dar más de lo que puedan manejar.
Y sí hay personas bien inteligentes que tienen a muchas otras a su cargo.
Y sí hay personas bien inteligentes que son felices con tan poco.
Así que al final de cada día regreso.
Al final de todo esto me siento en mi trono y observo todo lo demás.
Observo a mi reina y estoy tranquilo de las decisiones que ella tomó.
Yo hace mucho acepté, no seguir mandando.
Ella reina sola.
Aún siento la herida en mi cuello con la carne expuesta. Ojalá nunca me hubiera asesinado.
Desde el otro extremo del mundo me traen mapas y figuras, pinturas e ilustraciones de lugares que nunca podré visitar.
Desde aquí, puedo observar el resto del mundo sin moverme.
Y ahora lo podré hacer por siempre.

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