6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

mayo 23, 2010

(11: ) Sobre rendirme.

Sobre rendirme.

Hoy no hay espacios detrás de los puntos.
Hoy no hay salida detrás de la puerta.
Después de los muertos.
"Muerto ya no te importará", y es cierto.
He agotado mis anclas, para estar aquí.
He completado mis historias.
He documentado mis viajes.
He acumulado amistades.
Han terminado de completarse mis colecciones.
He encontrado todas mis respuestas.
He terminado de conocerme a mí mismo y a los demás.
Ya no quiero más.
Ya lo he tenido todo.

Me he vestido diferente esta vez.
Y hago algo inusual para mí.
Salgo de día, a caminar.
Mi corazón ya está muy cansado.
Hoy recuerdo con cariño todo el recorrido.
Y no tengo arrepentimientos. Y me siento satisfecho de haber vivido.
Estoy cansado de pensar, cansado de respirar.
Duele.
Mi cuerpo ya no puede más.
Y ya no quiere, y yo tampoco.

He creado continentes y zurcado mares.
He armado personas y desensamblado formas de ser.
He vaciado mis demonios en papel y letras, y colores en cuadros.
He honrado mis ángeles de la misma forma.
He sido, y he sido tanto.
Y he cumplido todo lo que he querido, y he cumplido todo lo que los demás me han mandado.
He compuesto y dirigido.
Y he sido partícipe, pocas veces protagonista.
Pero suficientes.
Una cruz más a la lista.
No dejo pendientes.
He arreglado mis asuntos hace ya mucho tiempo.

Con túnicas ceremoniales blancas me hinco en la arena.
Y dejo a la lluvia teñir las fibras gota a gota.
Apenas sonrío y cierro los ojos, y el color se escurre de mi cara y mis brazos.
No arde tanto sino se siente frío.
Se derriten las alas y los huesos se vuelven polvo.
Y pronto mi espalda indefensa plasma una obra de arte en mis ropas.
Sangre es pintura caprichosa.
Traigo el cabello corto esta vez.
Y de las cortadas en mi cara supura sangre que ya no tendrá algún uso.
Mis manos ya no luchan por hacerme latir.
Mis pulmones sucumbren ante del peso de mi tristeza, pues, extraño las dichas.
Extraño tanto, pero, ya no duelen los recuerdos, buenos o malos.
No estoy llorando, me siento aliviado de morir.
Pues en este mundo nada queda para mí.
Nadie me necesita ya, en este punto.
Los he ayudado a todos y he dejado que me ayuden.
He cubierto mi cuota de errores y aprendido y dejado que otros aprendan de mí.
Es el tiempo correcto para irme.
Nadie vendrá.
Nadie a ofrecerme algo nuevo qué aprender.
Nadie a contarme de algo nuevo qué sentir.
Pues estoy completo, realizado.
Nadie a besarme.
Nadie a abrazarme.
Pues busqué, y encontré verdadero amor.
Ya fui feliz, ya puedo morir.
La vida ya no tiene más que ofrecer.
Todos los que me importan están bien o se han ido ya.
Por eso, ya ho hago el esfuerzo de continuar.

Y si tú aún quedas con vida, y en vida yo te dije que me importas, es la verdad,
no es por ti que me voy, no es que te menosprecie ni lo que me diste,
porque te juro que entiendo y sé, y sentí y sentiré, y aprecio lo que recibí de ti,
y fue parte de lo que me hizo feliz,
y fuiste parte de que me hiciera completo.
Si me rindo es porque estoy satisfecho con lo que he hecho,
y no siento que haya más trabajo para mí por hacer,
aunque de todos modos es muy difícil que yo sienta...
La depresión se disfraza con amor tangible, sensaciones deliciosas...
... y sonrisas sinceras.

-Ixxi

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