Por Agassmirisch Ishelkiaru.
Mordiéndose ella los propios brazos llega al hueso.
Las arterias revientan en sonido abofeteándola.
La dulzura se atreve a invadir las papilas gustativas.
Gotas pequeñas y grandes se apoderan del canal auditivo.
¿Qué estás haciendo? -Nada -responde la niña.
Pero estos recuerdos ella ya no los tiene.
Se aseguró él de que no quedara rastro, pero como yo los creé puedo decirle a quien quiera lo que realmente sucedió. Te tocó a ti, "ni modo".
No caben las palabras, no caben los sentidos de tu cuerpo físico para describir las sensaciones, los sentimientos, la energía. No te alcanza el cerebro ni el alma porque las reglas son mucho más complejas y grandes de lo que te podrías imaginar en mil vidas consecutivas. Y no es error, es mi arrogancia que no quise que te acercaras a mí mediante evolución. Te faltó un cromosoma para poder llegar a imitar la divinidad después de mil generaciones completas. Mil siglos, mil ciclos.
No es error, es diseño.
Este "cuerpo" no puede sostener más energía sin estallar cual bomba atómica primitiva.
Contemplándose el mismo cuerpo con la sombra de las alas negras y doradas, descalza.
"Me he ganado la mugre en mis pies".
"Este placer mortal también es digno. " Tiene razón; no lo incluí en muchos lugares, y aunque no es mi favorito he descendido un par de veces a probarlo de primera mano en su plano simple y llano.
Muerte dijo: "Éste es tan sólo un mundo entre millones y millones, ¿por qué creerías tú que debería importarme una milésima más que los demás? ¿tan sólo porque tú lo pides con devoción e inocencia? No se te ha ocurrido en tu mente pequeña que en todos los mundos están haciendo lo mismo, exacto, en su palabra, idioma, lenguaje y sentir." Muerte tenía razón, es/era/será mi mejor consejera, por eso la creé. Y también para que me dé descanso cuando llegue el momento, por eso le cedí la balanza, era mucho peso, mucha responsabilidad, y no es que no pudiera, es que es más divertido cuando compartes tu poder.
"Eres inmortal" -le dijo él. "Aunque te comas a ti misma, revivirás" -Redam tampoco era de mis favoritos, pero era uno de los genéricos más correctos. Era todo lo que escribí en el manual de seres iniciadores de planetas. Todo y nada más. Demasiado perfecto, demasiado justo. Por eso estaba empatado con los demás, pero no era algo malo esa cuestión, era seguir las reglas al pie de la letra. Mantener el orden.
Arkhenyz lloró, porque en mi capricho le otorgué sentimientos humanos, así, ella los comprendería y los amaría.
¿Límites? No no tiene límites, no se los permití. Ella se los impondría sola, aunque inconscientemente.
Así que no me culpes, si están así, es por culpa de su especie. Yo hice suficiente con darles libertad.
Después de todo, fue lo que pidieron antes de extinguirse una de la primera vez.
No sigo esperando, para mí el tiempo es irrelevante.
Ella lo sabe pero no quiere lastimarlos al darles la fecha exacta de su extinción.
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