Con las uñas sucias la piel te arrancaré. Atada
estás en mi cama. Un cuchillo atraviesa tu mandíbula. La sangre ya ha dejado de
escurrir. Estás hermosa, indefensa, moribunda. Perfecta para ser arrancada de
este mundo vil, frío y sin sentido. Dices que fuiste feliz, yo no te creo.
Ahora eso no importa mucho. De aquí no te sacarán. Quiero sacar el cuchillo y
usar una hoja de afeitar. Tú gimes deliciosamente. Lo haces de dolor pero igual
a mí me excita. Me provocas y no queda más remedio que saciarme en ti. Sangras
sobre tu cuello y tu pecho, y yo lentamente me alimento sobre ti. No tengo
prisa, así que lo prolongo lo más que puedo. Mi lengua no permitirá que se
escape tu sangre. Ya estoy listo. Una y otra vez me sientes dentro de ti, y
nada hay que puedas hacer. Quieres cerrar los ojos, pero yo te tomo del cabello
y te hago ver lo que te estoy haciendo. Y hago que te duela. No me importa si
lo estás disfrutando. No me importa tu placer. Termino y sientes como arde
dentro de ti. Me retiro y regreso a lo que estaba haciendo. Lloras, no me
importa. Sangras, eso sí me importa, porque quiero ver que lo hagas. Verás al
ángel negro antes de morir. Me verás a mí. Dejaré que los cálidos brazos de la
muerte te lleven. Con su dulce sonrisa te recibirá. Te entregaré a ella
violentamente. El rencor que siento por ti no tiene comparación. Que supliques
ya no funciona. Sólo me satisface más que lo hagas. Quiero verte morir. Quiero
saber que fue por mí. Te cortaré hasta que ya no sangres. Y te besaré para que
te ahogues. Te apretaré el cuello hasta que exhales por última vez. Quiero
verte sufrir. Quiero verte morir. Te detesto. Ya no quiero que vivas. Eres una
estúpida. Siempre lo fuiste. Una imbécil. Una simple y tonta imbécil. Una
idiota. Estúpida. Basura. No sirves. Por eso libraré al mundo de un objeto
inútil como tú. Ni siquiera me excita tu apariencia, aunque tus sonidos sí lo
hacen. Te entregaré a la muerte para que te recicle. Tu cuerpo no sirve. A ver si
en la otra vida sí eres de utilidad. Nadie vendrá a salvarte. Nadie va a
rescatarte. Voy a acuchillarte y a excitarme con tus gritos y tu lloriqueo. Voy
a despedazarte. Quiero que veas el odio en mis ojos. Quiero que sientas el
infierno con mis caricias. Voy a derramarme sobre ti y tus lágrimas me harán
más feliz. Tu muerte me hará completo. Tu dolor me hará más fuerte. Tu llanto
alegrará mi día. No me importas. Me descargaré contigo porque te mereces que
sea malo contigo. Alguna vez me quisiste. Ahora yo abusé de ti. Te corté y voy
a matarte. Dispuse de tu cuerpo para satisfacerme sexualmente. Disfruté tu
sufrimiento. Y me regocijaré con tu muerte. Yo alguna vez te quise. Alguna vez
te amé. Llegué a amarte... Pero me aburriste y por eso voy a matarte. Con mis
propias manos te separaré la piel de tu cuerpo. Con mis dientes te quitaré cada
músculo. Con mis colmillos rasgaré cada uno de tus órganos. Lentamente acabaré
contigo. Tus quejidos me satisfacen. Tu agonía me complacerá enormemente. Atada
estás en mi cama, indefensa, sangrando. Te quejas y eso me encanta, me fascina,
te adoro por eso. Siempre me gustaron tus gemidos, y esta vez no es la
excepción. Es una verdadera lástima que ya no los vaya a oír. Es una lástima
que ya nadie los vaya a escuchar. Nada queda por hacer sino comenzar a
desbaratarte. Pieza por pieza te voy a separar. Te romperé los huesos mientras
puedas sentir dolor. Y después de devorar lo poco que quede de ti, te
abandonaré, para que te pudras, porque no mereces más de mí.
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