6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

agosto 30, 2015

En el tiempo de Garlër, el cronófago. Parte I de V.

En el tiempo de Garlër, el cronófago.

Parte I de V.
Cuando los demonios.

Comienzo por tronarme los dedos de tus manos, como relajándome ante un inminente desenlace.
Sólo abro la boca y no deja de salir sangre.
Es deliciosa. Y me cortan por dentro. Y sigue saliendo. Y yo los aplasto. Sólo bajo el puño y los aplasto, y vuelan sus pedazos hacia las 4 paredes, y salpican los pentagramas y hexagramas y heptagramas. Estallan, y sus huesos truenan, y sus órganos se rasgan, y revientan hacia la izquierda y la derecha, hacia adelante y hacia atrás, y hacia abajo.
Aunque, entre todo el ruido que producen lastimosamente con sus gritos agónicos, gritan una verdad, que Jebel niega constantemente. Y es que no podrá ganar esta guerra por sí solo.
Se me salen los cuernos antes de tiempo, pero esas partes de mi alma mueren porque el cuerpo no tiene cuernos físicos.
Quizá tenga que dividirse entre sus yos presente pasado, y el futuro Jebel azul.
Así sí podría hacerlo, porque, a fin de cuentas todos los guardianes que ha reclutado siguen dormidos o se niegan a tomar su lugar.
Ishicóatl no tiene a nadie.
Quizás eso cambie, quizás pronto, quizás no.
Quizás me esté equivocando y de nuevo los subestimo a todos ustedes.
Si fueran mis rivales, o enemigos, no los subestimaría. Pero son humanos, bueno, la mayoría de ustedes lo son.
Son como hierba, y los puedo arrancar, los puedo descartar, como dije, a la mayoría.
Unos pocos de ustedes, contados, no los puedo predecir.
Son anomalías, y no lo saben. Ni siquiera se sienten más especiales.
A la hora de escribir esto, Ishicóatl no tenía a nadie de su lado, por eso se nos hace tan fácil invadirlo. Normalmente me río por fuera, ahora puedo hacerlo desde adentro, y ver desde sus ojos como se van mojando y cae gota tras gota, por tonterías, por dramas, por cosas humanas, por sentimientos, por conmoción.
Materia, no es importante.
Lo que importa es lo que fluye y no lo puedes tomar con las manos, pero, lo puedes encerrar con el pensamiento.
Quizá es porque me comí a casi todos los ángeles duales del mundo antes de encontrarlo y seguir su camino, siento curiosidad, hasta que deje de sentirla, entonces también me lo comeré á él.
Sólo bajo el puño mientras grito y río al mismo tiempo, y sangro por los oídos.
Sólo río, río mucho, pero sin sonreír, no me gusta hacerlo.
Me pongo helado en mis heridas, para que sea más rico lamerlas. Dejo que otras lo hagan, y confundan mis planes y acciones con intenciones sexuales de mi parte. Pero yo ya me liberé de dobles sentidos y señales escondidas. Lo que yo quiero lo digo. Lo que yo soy es lo que puedes ver, no hay más, ni menos.
Si puedes juzgar mi libro por la portada, porque no es un libro, sólo una portada.
Naemï es más caótico, poco más absurdo.
Hablo en serio.
Me sigo cortando en los labios. Ya que no me los besan, no sirven de nada.
Así al menos, siento algo.
Así puedo materializar mi dolor. Y no que sea algo imaginario.
Eso dices ahora, eso dices después, eso dijiste antes.
Yo no confío, yo no creo, yo no me hago ilusiones.
Claro que, es difícil separar todo esto de todo eso que no es mío, sino de él, de ellos.
Lo hago con bisturí, duele menos entre las venas. Me divierto.

Sé que tienes la intención en ese instante. No me importa.
Cuando lo hagas, me importará.
No me detengo. Lo que tú llamas imprudencia, yo lo puedo llamar libertad.
Si no me soportas, no es mi culpa, es culpa tuya.
Si te ofendes, ese no es mi problema.
Si no te gusta, ¿por qué lo aceptas? Como si fuera verdad.
Si no me aceptas, ¿por qué me dices que sí?
Si no me crees, ¿por qué lo tratas de discutir conmigo?
Crees que después de todos estos años, y viajes interestelares, hacia afuera, y hacia adentro del cuerpo, en los ríos minúsculos de carbón y bacteria, ¿no me conozco bien?
Me conozco mejor de lo que tú podrías llegar a conocerme siendo yo.
Así, los demonios gritan dentro de mí y yo los exprimo hasta que dejan de hacer esos ruidos. Pero a veces gritan alguna verdad escondida.
Naemï nos permitió estar aquí, uno por uno, porque el cuerpo no resiste contener a más de una entidad. De por sí uno causa estragos porque las alas no le caben en la espalda, y tiene que hacer espacio extra en el armario. Y tiene que poner los ladrillos en una pared.
Negación, no has empezado a conocer cuánta.
Pasión, no cabe en un solo cuerpo. Las costras son evidencia.
No usas máscaras con quienes de verdad te importan, porque quieres que ellos sepan cómo eres realmente.
Usas una máscara para todo lo demás, porque el resto de la gente no es importante.
Aquí en este pequeño confin, estás contento con la dosis de certidumbre que la rutina te da.
Y con la ausencia de presión por tomar decisiones, ya que recibes órdenes.
Entiendo, es cómodo. Uno se acostumbra a no lidiar con el mundo de manera más directa.

Uno se acostumbra a no tener que considerar los sentimientos de los demás cuando se expresa.

Fin de la parte I.


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