3.- No puedo casarme contigo, estoy ebrio.
¿Sabes por qué no me comprometo? Porque no me interesa. Porque no veo más allá de 3 días después de nuestra relación. Mañana se nos cae el techo encima, o tú vuelves a cambiar de opinión, y hasta ahí quedan nuestros planes.
Casarse no cumple propósito alguno, y está sobrevalorado.
Un documento legal que nos una, no nos une espiritualmente.
Un lazo espiritual contigo, lo rompe un acto carnal espontáneo.
Desde siempre he tenido estos vicios como pequeñas serpientes nadando en mi sangre, no se me van a quitar con tu fuerza de voluntad, con tu “voy a hacer que cambies por mí”. Si no cambio por mí, menos por ti, que me importas menos.
Todo esto es mi culpa, mi responsabilidad, porque te acercaste y lo dejé suceder.
Tú crees que tomaste decisiones y que estás haciendo lo que quieres hacer, pero en cualquier momento dentro de esas primeras 3 semanas te habría dicho NO a algo y ahí hubiera terminado enterrado este asunto.
Pero lo permití. Sigues perdiendo el tiempo conmigo, vas a aprender poco.
Te dije 3 días, porque tengo los siguientes 3 días planeados sobre lo que quiero hacer y decir, para obtener la reacción de ti que quiero tener.
¿Aún así quieres seguir conmigo? Eso dice mucho de ti, si no todo.
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