"Cómoda sin ti.
Enclaustrada en mi propio espacio, y a ti no te tiene que importar.
Imágenes violentas rompen la agonía, los ojos en mis manos lloran sangre y gritan perdón. "
Sólo veo a la que no está aquí, a la ausente, a la enmascarada que pocos conocen. Y ni siquiera tú.
Temo que podría haberte dado mi corazón muy pronto.
Si te dijera que ya sabía que terminaría tu relación, ¿me creerías? ¿me habrías hecho casi si te hubiera dicho en ese entonces que terminarías con él?
Cierro un ojo.
Me deshago en llanto fugaz sabor uva. Gritos familiares y golpes en la endeble división de madera. "Ya cállate" dicen, "Debimos llevarte a terapia" dicen, "Debimos pegarte más para que aprendieras" dicen.
Aquí no estás y hay un vacío entre mis piernas.
La sangre en el piso se cristalizó en conmemoración.
Mis familiares no inmediatos se enteraron de mi vida. A mí qué más me da, puedo prescindir de todos ellos.
Blanco y negro. Cierro un ojo y las imágenes no paran de fluir mareándome con sus fuertes aromas inapropiados.
Mis manos no se cansan de llorar, no, no se cansan, de llorar no, no, no se cansan de llorar.
Pinté las paredes y cerré mis ciclos. Y padeces de cáncer en la sangre y no me lo confesaste.
Y no te perdono por ser tan perfecta y preciosa y morir en mi cumpleaños como juraste que lo harías.
Ciertamente hay un hueco en donde iba mi corazón. Mi alma te busca en el helado mar de almas perdidas.
Hoy sólo respiro oscuridad y las paredes me relatan todos tus secretos, pero en desorden. No lo entiendo.
No puedo hilar más allá de esas cuatro palabras que siempre repetías en secuencia.
No es esto lo que querías lograr. No es aquí a donde querías llegar.
No, no hay más que esto, sino esto.
Estás lejos y me pregunto si me escuchas aunque guardo silencio.
Pero has logrado el éxito y te has olvidado de mí. Me has dejado atrás.
No estás aquí y si estuvieras te diría que no me sirves para que te volvieras a ir.
Existes entre mis dimensiones pero no he podido comprobarte imaginaria.
Nadie me cree que eres parte de mi imaginación. No, he llegado a convencerme yo misma que eres real.
Y si existes, no formas parte de la balanza. Porque el miedo se ha convertido en dolor y me pesa el vientre hacia náuseas.
Hay una poca de luz intacta por las veces que me convenciste de hacer sin considerar... Y he caído en tu juego vil sin que tú ya estés aquí. Repito mi realidad para darte la versión que quieres. He encargado que alguien cuide tu lápida aunque tu cuerpo no yazca en penumbras bajo tierra, descomponiéndose.
No lo sé, lo ignoro.
¿Qué clase de serpiente eres? Me gustan tus colores. Soy inmune a tu veneno, ya ves.
Ha sido muy larga la explicación y no merezco que me leas esta noche, tarde, día.
Caracol, espiral. De mar, de tierra, de viento. Eres de fuego y yo de madera. Me haces daño. Me consumes. Pero no puedo dejar de ser adicta a ti.
Es algo orgánico que desciende en mí. Siempre desciende. Por los pies salen líquidos magenta que nunca te daré a probar.
Sin destrucción no hay. Es, me falta argumento. Son dolores de soledad.
¿Cuándo se volvió tan inapropiada la discreción? Me critican por mi voz baja.
Y me hacen detestarme tanto que me grabo otra letra griega en el brazo.
Después no tendré manera de explicarles por qué decidí transformar mi pesar emocional en decoración corporal.
Ha sido larga la explicación y no deseo trascender ¿por qué no te vas?
Lo peor es que me consta que me entiendes y no querrás irte de mi vida...
no tienes, no no tienes, no la tienes, no tienes una idea de cuánto te quiero...
Te mataría...
Las costras estallaron. Ninguno de ustedes me importa. Estoy sola en mi cuarto. Mi cama está en la esquina. Duermo entre líneas y formas y colores limitados. Cierro un ojo y veo gris. No me acostumbré a dormir acompañada, no logro conciliar el sueño...
Sé que estás enamorado de ella, aunque seas un poco mayor. Ella sabe que le gustas, las mujeres notamos esas cosas. Pero no tiene idea de lo profundo que llegan sus raíces en ti. Morirías. Te mataría, si ella o tú me lo pidieran.
Te mataría... ¿Pero quién me mataría a mí?
Estoy muy drenada para seguir esto...
Sólo soy el reflejo de una de tus amigas nuevas.
He quedado marcada por la ocasión en que nuestras pieles se conocieron.
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