Cada año te espero con ansia.
Todo comienza cuando te escuché con un suave murmullo, discreta, así eres.
Salí a recibirte, te encontré en las escaleras, te precipitabas suavemente. Y no estabas fría.
Chocaste con los infiernos ocultos en mis ojos. Lo que escondo de los demás.
Y se escurre negro por mis mejillas.
Era insoportable el calor que salía por mi garganta.
Me invadiste. Me envolviste.
Y me convertí en vapor.
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