Los árboles no pueden volar.
Y los ángeles se van bajo tierra para convertirse en gusanos.
Y hay tantos colores diferentes pero no sueltas mi mano.
Sujétate, todo está por ponerse difícil...
Dije que no, y no me la creo, y no digo que lo sé, sin sentirlo.
Y aunque te disfrazaste como ellos superaste mi laberinto de espinas,
y tomé la decisión de permitirte acompañarnos.
El vacío nos pertenece. Los dejaré tomar este mundo, porque este tiempo no es para mí.
Yo sé que no lo soy, y por eso no he presumido serlo.
Pero tú sí lo eres, y por eso portas tu emblema todo el tiempo.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario