6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

noviembre 25, 2018

Cardo - demo 2 - Azar

A veces me gustaría ser más para ti. Que me consideraras alguien cercano.

A veces.

Y poder ser una de las primeras personas en quien piensas cuando quieres compartirle algo divertido, algo triste, algo que te enoja. Que confiaras en mí. Que me invitaras a salir.
A veces me gustaría, pero no te lo puedo decir sin que suene diferente.
Podría ser tu mejor amigo. Ya tienes un mejor amigo.
Me gustaría cuidarte. No soy tu guardián.
Al final no sé qué soy para ti.

(Olvidé)Dejé a un lado todo el mugre resentimiento que te quería expresar, lo dejé en mi mesita de noche, al rato me lo vuelvo a poner en la boca para que siga enfermándome.
No sé por qué me ignoras y no sé por qué me importa. No quiero que me importe. No estás aquí, eres luz.
La luz y el fuego no mezclan bien. Así como la sangre y la nitroglicerina (recuerdas, Abril?)

Tengo todo listo para recibirte, hasta barrí.
Mi casa no es una ruina ya, ya arreglé la ventana. Ya no notarías que hubo una explosión aquí, y que murieron dos personas, dos personas que se amaban. Sólo, tendrás que disculpar el persistente olor a ginebra en el aire, eso no lo puedo quitar, no todavía.
Mi cuarto ya no huele a lágrimas, ni mi ropa a guardado, la pared no tiene musgo(lo mudé a una maceta).
Tenía todo listo pero no llegaste y me quedé dormido, con las navajas listas en la mesa.

Y las cicatrices en mis piernas me volvieron a arder.

No sé por qué me ignoras, no me lo merezco.
Quizá tú no mereces que piense tanto en ti, pero, los sentimientos que he vertido hacia ti no los quiero controlar.
Logré salir del hospital pensando en ti, debería significar algo, ¿debería?
En este punto no sé qué bien podría hacer confesártelo.

Y me enojo conmigo mismo.

Porque tengo 3 frases con las cuales puedo hacer que te enojes conmigo, con las que sé que me dejarías de hablar.
Te voy a permitir quedarte aquí otros dos meses, después voy a cortar. Volveré a usar navajas y granadas y habrá otra explosión, pero más controlada; ya no lloverá aluminio ni tendré que limpiar despojos de entre los ladrillos. Ese olor a “amor de una sola vía” fue lo más molesto, no podía controlar mis ojos, me temblaban mucho las manos, lloré y vomité mucho.

Del otro lado de la cama guardo dos botellas para cuando tenga que hacerlo, por si tengo que hacerlo. Y no quiero hacerlo.

Al final no sé qué soy para ti,
sólo puedo decirte que quiero estar ahí, aquí, y que me gustaría que me consideraras.
Te puedo decir que al menos yo sí me acuerdo que existes.

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