6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

noviembre 17, 2018

Ya no es mi línea de tiempo.

Siseo.

Resueno contigo. Me embelesas. Me atraes, me seduces, me conquistas.
Quiero hundirte los colmillos en el cuello. Quiero que me los hundas hasta que cruja el cartílago.
Me haces llorar, por dentro, porque por fuera jamás te entregaré una muestra de mis sentimientos. Te lo confesaré de la manera más fría posible, para que no lo entiendas. Para que no me creas, que hay un corazón aquí latiendo con fuerza por ti.

Que te deseo.
Que deseo arrebatarte la ropa y convertirme en arte contigo.
Y que me estoy derrumbando porque pasan días, semanas sin que me dirijas una palabra, un saludo, un guiño de que sigues viva.

Te vale madres.

Es eso o simplemente te has ahogado en todas las ocupaciones que te hacen auto-etiquetarte como “adulta”.

Ja.

Cada ocasión que converso contigo es una prueba rotunda de que no lo eres y no sabes ni a chingadazos serlo. Te vale madres, a ti también, porque mañana se mueren la mitad o más de tus parientes* y mi vida sigue igual, a menos que de entre ellos haya algunos de mis proveedores. Qué mala pata, diríamos en coloquio.

Nos vale madres.

Bueno ya usé mucho esa palabra.

[*Eso sería muy trágico para ti, entristecerías y por consiguiente yo entristecería. No sabría qué hacer, para que te sientas mejor, hasta iría a tu casa y te llevaría sopa, la verdad no sé qué haría]

Luces en el cielo. Cizaña. Vengativa. Ardiente. Redención. Resignación. Aceptación. Decepción. Depresión.

Y una pastilla en la mañana, antes de desayunar, para empezar el día.
Y una pastilla en la noche, antes de intentar dormir, para forzar químicamente el alto a las lágrimas.
Me quiero lastimar, no lo vas a detener.

Siseo, pero más quedito, para que te moleste, pero no puedas hacer algo al respecto.
Para no interrumpir el arrullo que es el ritmo de mis latidos, de este corazón que late por ti, sin ti, para ti.
Yo sin ti no soy yo, pues ya eres parte de mí, desde que te encontré y me fijé en ti.
Y después de todos estos años sigues siendo la misma, no, ahora eres más y por eso estoy tan aplastado, bajo el peso de tus miradas, de tu voz, de tu actuar tan tranquilo y seguro frente a mí.

No te puse en un pedestal,

tú ya estabas en un escalón, arriba, a un paso de distancia de mí, pero aún inalcanzable. Y ahí te vamos a dejar porque no quiero que este dolor ni esta historia terminen.

Extraño que bailemos.

Como dos serpientes, bajo luces en el cielo[luces en el techo], sin que importe la ropa, el peinado, que ambos tengamos pareja, o si hay gente alrededor.
Sin que importe si conozco esa canción o no me gusta, porque estoy contigo. Todo es ficción.
Así te detengo.

Así te detengo de cometer una estupidez.
Así me detengo.
Así nos detengo de cambiar las líneas de tiempo otra vez; ya corregí lo suficiente.

Pero,

es

que

se me hace tan difícil no querer escapar al dolor que el flujo de tiempo inflige sobre mis cronocitos, que a su vez me muerden con sus pequeñas bocas en lugares teóricos de mi ser astral.
Ese dolor no es real, porque no lo podemos comprobar.
“Todo es ficción”, así te detengo, para que no discrepes conmigo, para que sigas creyendo en la ciencia que puedes comprobar, y para que no me ofendas con tu “Ya madura” “deja de inventarte cosas” “no te respeto, no acepto que esto es real para ti”.

Una pastilla antes de dormir, que los ojos no quieren dejar de llorar.

Y estar deshidratado es muy molesto, me da calor y el calor me incomoda.

Supongo que lo que quiero decir es que te quiero mucho y que todo esto es una lucha interna contra mí mismo y tú no tienes la culpa de que yo esté tan dañado, debo pedirte disculpas, si es que te lo tomas a mal, y te aclaro que te deseo lo mejor siempre, a ti y a los tuyos, y que si algún día ya no quieres estar en mi vida, lo entenderé-no me va a gustar, pero tus razones vas a tener y entre ellas seguramente estará que te hago/hice daño y no te soy de utilidad ya más.

Lo voy a aceptar, porque te quiero.

Y siempre voy a querer lo mejor para ti, aún cuando eso signifique que ya no me vuelvas a hablar... eso dolerá, pero somos resistentes, y lo importante es que tú seas feliz.

Hay una pequeña tempestad adentro, que alimenta la cizaña, la que me hace pensar negatividades que se me han vuelto cotidianas.
Ahí estás, en una línea paralela de tiempo que no logro alcanzar, a pesar de todos mis esfuerzos, a pesar de todos los príncipes que hice desaparecer y consecuentemente sus lugares tomé, y que aún así he logrado empalmar a mi propia línea de tiempo, para tenerte al alcance y poderte culpar de mis tristezas, de las cuales no tienes culpa ni responsabilidad alguna.
Y entonces la cizaña arde, conmigo adentro. Pero las alas no arden, son impermeables de todo mal, de toda lógica, son pirófitas y en cambio prosperan y quedan inmunes a los rasguños de las llamas, quedan. Quedan esperando un nuevo dueño.

No es secreto que intenté reemplazarte, y podría contarte de todas ellas y cómo es que ya no están en mi vida. Fue muy simple, las borré.
Ninguna pudo ocupar tu lugar. Ninguna puede. Ese trono junto a mí, junto al mío sólo lo llenas tú.

5.

Y 25%, así me siento. ¿Eran cinco años los que dije? Ya pasaron dos, ya estamos arreglando el clima como dije, no solamente yo pero sí estoy aportando, absorbiendo, observando.
Doy todo de mí para que natura no nos castigue, yo la quiero, y ella a mí.
El murmullo del viento acariciando el pasto es su voz para mí. El choque de las olas. El tronido de las nubes, y su carga eléctrica.

Te toqué las manos y sabía que siempre debía haber sido así, yo contigo en cualquier forma, tú conmigo en cualquier forma.
En otra línea de tiempo, hasta somos hermanos.
En muchas más, colegas.

Ahora, yo sólo soy feliz de que estés aquí, estemos aquí.

Y no quiero que nos alejemos.

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