Ya te llegó el veneno por correo, ya vi la notificación de recibido.
Harás de esos dulces y les añadirás veneno. Y se los puedes dar a tu hijo para que se muera. Ya vas a poder hacerlo. Y que dejes de quejarte. No hay coartada. No pienso en tu futuro.
“Hay maldad en las calles”- dice la canción pero yo nunca he notado tales tintes en ti, al contrario sólo veo la transparencia de tu inocencia. El no distinguir entre lo que nos dicen está bien y lo que nos dicen está mal; vas por la vida y por la existencia per-siguiendo impulsos que te hacen sentir bien, o algo del todo.
Pienso en tu pasado.
En que no tuvimos NADA en común.
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Luego, si no funciona, siempre lo puedes acuchillar, pero lo pondrás de rodillas y de espaldas, te conozco hasta eso, no más. No sé de qué más seas capaz, sin que se fragmente más tu mente.
[texto 14 de 2018-9]
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