6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

marzo 27, 2020

Fisga profesional.

El egoísmo nunca se va, ni se irá.
Disfruto haciendo esto, contigo, no sé cuánto lo disfrutes tú, ni me importa.
A veces no pienso si confío en ti, pero sé que cuando llegue el momento voy a
"tener que" matarte.
Ya llevamos un buen conteo de cuerpos. A ti te gustan diferentes, a mí me gustan pelirrojas pálidas, delgadas, bustonas, cuchillo carne por carne. [Ausencia de conjugación, contexto, objetivo]
Vi muchos videos de cirugías pero no aprendí.
Tú en cambio hasta suturar sabías. Tú sí eres la definición de autodidacta.

Olía similar al vómito cuando les abría la panza. Cuando tiraba de los intestinos para arrancarlos de la cavidad, aún estaban calientes. Debíamos tener cuidado con los jugos gástricos que quedaban. Algunas de ellas acababan de cenar.
Me gustan más las que salían a correr, todavía con su ropa para hacer ejercicio. Me gusta mucho lamerles el sudor de la piel.
A ti te gusta orinarles encima, en la cara, marcarlas como tuyas.
Al final los dos estamos impotentes, frígidos.
Frígidos. Convencionalismos no nos encienden. No siento de otra forma, ni tú tampoco.
Tu cuchillo es tu extensión, así invades y reclamas, no se te moja la vagina de otra forma. Mi cuchillo es una prótesis, corte hacia arriba para remplazar penetración sexual. Porque no me endurezco como los demás hombres, pero sí llego al éxtasis cuando su sangre salpica mi cara.
A ti te gusta cortar en cuadritos la carne ya fría. A mí me gusta despellejar, morder el cartílago.
A ambos nos gusta cocinar porque así hacemos algo útil de todo ese desperdicio.
Cumplieron una función al satisfacer nuestra necesidad oscura, antes y después de eso sirven para muy poco. Disfrutamos cocinando porque es como seguir burlándonos de ellas. Es como "No importa, ahora sólo eres un ingrediente de cocina más. ".
Me creo mucho, pero tal vez tú me mates a mí. Acepto que eso puede pasar. Tampoco me importa. Serviré para algo entonces. Seré arte cuando me cocines y decores.
Escribo en el diario con detalle, para volver a intoxicarme con sensaciones cuando lo lea otra vez. Tú prefieres tomar video, una vez consumido el hecho. Te gusta grabar el desenlace de nuestras sesiones, después de terminar, casi antes de comenzar a limpiar, cuando aún hay hilos de sangre escurriendo de la mesa, hasta la coladera.
 
Filetes empacados al vacío, con gramaje controlado, en congelador. Así concluímos.
 

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