6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

marzo 20, 2020

Declive cognitivo

11:20 a.m. 20/03/2020

Dicen que ya voy a pagar.
No sé quién es toda esta gente.
No me funciona bien una pierna, no recuerdo qué pasó.
Estaba comiendo, y lo siguiente es que estoy aquí.
Cuando trato de armar la historia, me doy cuenta que ha pasado un día más.
Una semana más.
Un año más.
Mis diarios están casi vacíos.
No sé quién es esta que viene y me visita y llora, se la pasa llorando, me incomoda mucho, me molesta.
Fea no es, es muy joven, quizá fui un maestro.
Dicen que es mejor que viva encerrado, que no represento un peligro para la sociedad, no recuerdo cuándo lo fui.
No me van a dejar morir, que es la salida fácil. No merezco libertad ni muerte.
Me preguntan, cuántas veces me preguntan, dónde están los cuerpos, no sé a qué cuerpos se refieren, les dije que lean los diarios, que me aterra siquiera mirar, que están escritos a detalle unas atrocidades que otro escribió. Cómo se puedo atrever esa persona a escribir tales horrores en una de mis pertenencias. Escribió en una letra que se parece mucho a la mía, pero yo ya no sé si puedo escribir. Me falta un meñique.
Esos diarios me dieron pesadillas, pero a la vez no pude dejar de leer hasta terminar el segundo. Terminé y vomité, y me dio fiebre, y no pude dormir, veía esas imágenes en mi cabeza todo el tiempo, todo lo que este ser horrible escribía y describía tan morbosamente, como disfrutando lo que había hecho. Para mí era ficción que se sentía demasiado real, me dolían los pulmones de respirar siquiera el mismo aire que rodeaba esos diarios.
Me preguntan, cuántas veces me preguntan y de cuántas maneras y cuántas personas diferentes me han preguntado y no lo sé, no sé donde están esos cuerpos, yo no soy el cómplice de esa persona, o no lo recuerdo.
Ya no leí el tercero porque por lo que escribió de los intestinos supe que sólo podía empeorar y yo me iba a desensibilizar, y creo que aún me puedo impresionar, y me iba a acostumbrar e iba a aceptar que fui yo, pero no lo recuerdo.
Sólo me llenaba de tensión de querer detener a esta persona de hacer todo lo que dijo que hizo en esos diarios.

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