10 de marzo de 2020.
Eres mi amiga y te quise mucho.
Ahorita no sé.
Creo que me da igual si te quedas o te vas.
Si desapareces.
Si estallas en nube rosa y mojas incautos.
Si tus órganos internos etcétera.
Aquí estás. Mañana ya no.
Aquí estoy. Mañana no sé.
Aquí estamos, por el momento.
Que te intoxiques es decisión tuya. No voy a compartir eso contigo.
Y sí, te juzgo mucho. Porque es como si lo hiciera yo, y me juzgo. Y no hay balanza aquí, es sí o no.
Y digo que no.
No a todo.
Te escribí mucho desprecio las veces que me quedaste mal, me lo guardé, no lo compartí todavía.
Fantaseé una situación con dos personas para proyectarme sin identificarme y que una de ellas muriera de manera violenta. Y que quien se enterara dijera que era cruel esa manera de morir. Y lo era.
De repente recuerdo esa época, como si fuera hace mucho tiempo, y no me gusta que no pensé bien las cosas. Aunque nos íbamos a alejar de todas maneras, míranos, yo te mando mensaje que contestas días después, y a ti no te nace contarme nada.
(Basado en un hecho real)Teníamos un amigo en común que dejé ir porque me hacía daño. Yo se lo permití. Pero dije "no más". Y tampoco era mi intención que él cambiara, ni que aprendiera a ser mejor persona, lo dejé de apreciar para querer eso de él.
A veces lo pienso y no sé por qué te conservo.
(Texto 3 de 2020)
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