Tengo en mi torrente sustancias que contrarrestan todavía la neblina ocular, y sobretodo mental, pero esta lucidez se va a acabar en algunas horas, mientras, administro lo mejor que sé y que puedo el tiempo que estoy atravesando.
Porque ya lo he dicho muchas veces, no tienes tiempo, el tiempo no se puede tener. No puedes guardar una hora para usarla después. No puedes recuperar el tiempo que pasaste haciendo algo que no te gustaba.
Tomo el cuchillo, corto a la mitad las cajas. No sé cómo me voy a deshacer de todos los pedazos de chicas que están en mi cuarto. No tardan en comenzar a descomponerse. Ya huele suficiente a hierro, a menstruación fresca, a contenidos estomacales que fueron extraídos con violencia por manos enguantadas a través de una cavidad improvisada. Bueno, ya te estoy detallando mis intentos aficionados de separación.
Separar brazo de cuerpo, mano de brazo, dedo de mano. Dedo de mano. Dedo de mano. Dedo de mano. Dedo de mano. Hombro de torso, pie de pierna, párpado de cara.
Rechinaba muy raro al cortar el cartílago, no me lo esperaba.
Oreja de cabeza. Cuero cabelludo, limpiar el cráneo. Separar la nariz, que quede el hueso.
Voy a poner a hervir cocido de res para disimular el olor mientras calcino el cráneo.
Calcinar, que quede el calcio. Ese olor me parece peculiar.
(Texto 9 de 2020)
marzo 20, 2020
hola, hoy no me tomé mis pastillas
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