6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

junio 27, 2010

De cosas simples.

Me gustan los dulces.
Comer pastelitos me hace feliz.
Es porque sigo siendo un niño, aún con vicios de adulto, es porque aprendí cosas.
Tengo amigos y amigas que también lo siguen siendo.
Y estas cosas pequeñas nos hacen bien.

Luna de mis dos corazones.

Luna de mis dos corazones.

El de agua salada y de agua dulce.
Guíame en esta noche sin estrellas con luz que no te pertenece.
Déjame sentir fluir tu sutil maldad para hacer el bien a personas que no me importan.
Desciende en mí, te lo ordeno. Y lléname con el poder de Melyz y el de Arkhenyz para sentir
la colisión de energías opuestas en un cuerpo que no lo puede soportar.
Y traer este mundo a su dulce final.
Comienzos amargos, finales dulces.
¡Que mi vida tenga sentido esta noche!
Te entrego la corona y me devuelvas mis alas de fuego, que este mundo ya me aburrió.
Y estoy cansado, harto de su actitud infantil.
No van a aprender, así que los voy a aniquilar.
La extinción es otra de mis herramientas favoritas.
Y Terra se merece descansar.
No sé cuanto tiempo he descendido en esta escalera.
Pero ya es tiempo de volar y hacer estallar el cielo.
Salgo de la oscuridad hacia la luz para comerla y repartir agujas que se diluyen de mis lágrimas.

Parto en el viaje exterior.

Así me convierto en Agassmirisch Ishelkiaru y porto la voz de Dios y de un ángel muerto a la vez.
Aún tengo un pulso en mi interior que me recuerda que lo que fluye dentro de mí aún funciona.
Una melodía imperceptible y modesta.
De alguien que recibe poca atención.
De alguien que ha conocido el amor.
Atravieso capas de piel y atmósfera para verme como tú me miras.
Y comprendo por qué me consideras insignificante.
Y comprendo por qué no te importo.
Por qué no te importa cuando estoy triste.
Sólo soy uno de muchos.
Soy uno como muchos.
A pesar de que soy más de uno no soy más importante que ellos.

Donde el río y el mar se encuentran.

Ahí nazco, una fusión restringida de valores y virtudes.
Entre conflictos y rencor, desolación, una artesanía del mismo valor que las demás.
Aún diferente.
Donde el sol se ahoga ahí me encuentras.
La luna surgirá para vengar su muerte.
Luna de mis dos corazones, ilumíname esta noche con luz que no te pertenece, porque tú también ere una niña de las sombras, alguien que no puede poseer luz propia, fluye en mí para traer el fin a este mundo.
Luna de mis dos corazones, el de agua salada y el de agua dulce, te lo ordeno, préstame tu poder para ahogar el mundo y completar tu canción.
Nuestra canción.
Terra merece descansar.
Las plagas serán aplastadas y mancharán por última vez esta superficie de la cual se alimentarán plantas y animales.
Una contaminación reciclable.
Quiero ser bueno y matar gente.
Quiero ser mejor y portar oscuridad.
Si ya soy algo imposible, puedo hacer imposibles.
Luna de mis dos corazones, préstame tu poder, devuélveme mi hoz, y cómete mis ojos.
Que con alas de fuego no necesito ver para destruir.
He dejado atrás a las personas que amo,
he renunciado a mis posesiones materiales,
y estoy listo para lo que sigue.
No tengo miedo de morir. No tengo miedo de vivir.
La última sinfonía ha terminado, y me como el alma del mundo.

12: Vivir contigo.

Lo entiendo. Entiendo que seas independiente.
Entiendo que tengas que envenenarte, lento, y que lo disfrutes.
Entiendo que a veces prefieras los besos de la nicotina y no los míos.
Entiendo que no te quieras tanto como yo te quiero a ti.
Que te pierdas en el alcohol y lo hagas sin avisarme.
Entiendo que llores por cosas que no puedes superar y que no quieras mi ayuda.
Entiendo que te quieras ir a pesar de que nadie más que yo te aceptaría totalmente.
Lo entiendo, porque yo te necesito más de lo que tú me necesitas a mí.

A veces al despertar a tu lado, quisiera matarte, y luego suicidarme.
Pero soy tan iluso al creer que todavía hay esperanza para ti.
Mis amigos me siguen preguntando qué veo en ti.
Y no es lo que veo, sino lo que no veo.
Aún no logro descifrarte del todo.
A veces me desesperas.
A veces no te soporto.
Y me aborrezco porque a pesar de eso no puedo dejar de amarte.
Cocino, siempre para dos.
Pero casi siempre termino comiendo solo.
Casi siempre has tomado alimento en otro lado.
No dudo que tengas un amante.
Y no te culpo, porque lo entiendo.
Lo entiendo porque sé que yo te necesito más de lo que tú me necesitas a mí.

No te perdono, porque no puedo perdonarme a mí mismo.
Y a pesar de todo soy más feliz que cuando no te tenía.
Es esta la clase de miseria en que me tienes.
Que prefiero aceptar tu indiferencia que tu ausencia.
Que prefiero que no me mires a los ojos mientras yo sí pueda ver los tuyos.
Que ya no me importa que no me hables cuando hacemos el amor.
Que ya no me importa que no me contestes lo que te platico.
Lo entiendo, porque yo te necesito más de lo que tú me necesitas a mí.

Lo entiendo. Entiendo que no sientas nada cuando salimos.
Entiendo que finjas sonreir cuando estás con tus amigos.
Entiendo que no te rías cuando estamos con los míos.
Entiendo que siempre te quieras ir temprano pretextando cansancio.
Lo entiendo, porque yo sí te soporto, yo sí te aguanto.
Yo te necesito más de lo que tú me necesitas a mí.

Estoy deprimido, pero estoy bien.
Y quiero que te mueras, para ya no tener que preocuparme por ti.
Y quiero morirme, para ya no tener que preocuparme por ti.
Y no tener que cuidarte, lo que comes, lo que haces.
De no ser por mí ya te habrías enfermado.
Y debería dejar que te pasara, pero aún así no aprenderías.
Y debería dejarte, pero soy tan poca cosa que no merezco más que este pequeño hueco se llene con tu existencia.
Debería dejarte, porque tú nunca eres feliz.
Y debería irme, porque merezco más.
Pero al estar contigo he renunciado a mis ilusiones y he dejado de soñar.
Y ya no quiero más.

{Para ti, de alguien que cree que ya no puedes mejorar.}

...y la guerra.

Despierto en un mar de cadáveres. Grito.
Y como para salir. Trago sus despojos forzadamente para no morir.
Aún me duele el brazo. Aún huele fresca la sangre en mi cabeza.
Arranco mi hoz de la víctima y salgo del pozo, rebosante de putrefacción. Miseria.
No es esta más existencia sutil y dulce.
Lo veo a lo lejos.
Aún estoy muy cansado, pero no dejaré que esto termine así.
No estoy listo para irme.
Estoy listo para morir por mí.

Él se voltea, y destella en rojo su mirada. También está preparado.
Aprieto los dientes tan fuerte que sabe dulce.
Es esta emoción y este enojo lo que me impulsa.
Ya me despedí de las personas que yacen muertas bajo mis pies. Les dije que las encontraría.
No me rindo sin cumplir lo prometido.

He sacrificado tanto para cambiar el destino.
He matado tantas personas que ya no sé contar.
Este pulso que siento, esta sensación de día final.
He vivido toda mi vida por este momento.

Sujeto con fuerza mi hoz, difícilmente.
Respirar es cada vez un martirio.
Pero no soy un mártir, ni un héroe.
Soy un villano, el villano que salvará al mundo.

Después de convertirme en un ángel de muerte, tuve que matar a todos los demás.
A los de luz y a los de oscuridad.
Y enterrarlos bien para que no los pudieran encontrar.
Sólo queda uno, sólo quedamos él y yo.
El mundo ha muerto, pero eso no significa que se deba quedar así.
Todas las personas que alguna vez conocí están hechas polvo ya.
Todo lo que alguna vez me importó está hecho ruinas.
No tengo nada más que perder.

Junto todas mis energías para asestar golpes definitivos.
Tengo las almas de mis seres queridos en mi brazo derecho.
Y en el izquierdo las presencias de todos los demás que me conocieron, pero no en vida.

La tristeza y la alegría se funden en mí para emerger en alas de fuego.
Recuerdo las sonrisas de mis mejores amigos. Eso me hace sonreir.

Aquí termina.
Aquí comienza.

{Soy un ángel de luz y de oscuridad, de sangre y de carne,
no existe bien o mal en mí, sólo decisiones,
decidí vivir por ustedes, decidí morir por mí,
soy un ángel de metal y de fuego, hecho con amor y que recibió amor,
soy un niño de las sombras,
soy el principìo y el final, de este mundo.}

junio 06, 2010

16: Llagas en mis pies.

Oscuridad que apaga la vida.
Alas rotas. Y fauces masticando el corazón.
Soñé que veía mis alas, y estaban hechas hueso ya.
Así que cambié mis alas por una corona para poder quedarme aquí.
Creí, pero era en realidad seguir el camino.
Encontré respuesta.
La corona vuelve a tener color.
Mis ojos vuelven a tener brillo.
Te hice una lectura astral,
y te leí la mano.
Tengo la voz de un ángel muerto en un cajón.
La puse en una cajita.
Hace mucho comenzó mi vida.
Hace poco comencé a vivir.
Me cuesta trabajo aprender, pues soy frágil.
Y si no se me trata bien no pongo atención.
Me quité los zapatos.
Me salí de ahí.
No dejé de caminar hasta que dejé de sentir.
Y me dio sed.
Volteé hacia abajo y vi que había dejado un rastro carmesí.
"No estoy hecho de chocolate" pensé.
Apagué las luces y dejé de soñar.
Y mi realidad se enclaustró entre tres paredes sin techo.
"Aquí sólo la lluvia llega" pensé.
Ni siquiera al viento dejo entrar.
"Ya han sido muchos años de soñar suicidio" pensé.
Así que bajé la mirada y comencé a comer tierra.
Pude salir. Pero no como me recordaba.
Tuve que aguantar otra vida de árbol.
Es una representación de mi forma de ser.
Me estoy muy quieto, crezco lentamente, no me sé defender agresivamente.
Sólo exhalo veneno. Sólo soy madera difícil de trabajar. Sirvo más obviamente para dar sombra.
Pero muero al final, y me libero.
¿Ahora qué soy? ¿Por qué tengo ambas alas y corona?
Así no debe ser, enterraré mis alas y vendré por ellas después cuando todo esto termine.
Y después de dos vidas las llagas en mis pies de tanto caminar no se me han borrado.
Las toco y acaricio y las costras se sienten tan reales.
"Ya es hora Ishimaru" escucho a mi derecha.
"Aún estás aquí" le respondo a Nat.
"Pero tú no vas de ese lado", agregué.
"Demï está un poco más adelante" me dices.
"Pues bien, caminemos" le digo con una sonrisa.
Y muy pronto el suelo bajo mis pies comienza a hacerse artificial.
Me lastima más.
Me disfrazo para que no me quieran matar.
"¿Ya los pueden ver?" le pregunto a Nat cuando llegamos con Demï.
"Sí, ya pueden" me responden ambos.
"Debe terminar donde empezó" entonces digo.
"Te hace falta tu arma" me dice Nat.
"Aún está donde la dejaste" me hace saber.
Tengo la voz de un ángel muerto en una cajita.
Saqué su voz y la puse en mi boca. Y la atoré en mi garganta.
Por eso tengo esta voz aberrante.
Encaja con mi realidad, y con lo que soy.