6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

abril 12, 2012

... (2)


Busqué y busqué y busqué pero no encontré los pedazos necesarios para poder reconstruirle.
Deberían estar contentos porque no me voy por ustedes.
Las anclas pesan demasiado. Los ganchos asidos a la carne con firmeza.
Aquí arriba hace mucho calor, me voy evaporando.
Una ruina.
Media sonrisa se escurre entre el fuego que cae a la tierra.
Cenizas.
Ya no hay sangre.
No me dejan irme.
Ustedes no me dejan irme.

abril 01, 2012

Feral Imperial

Se me salen los colmillos y quiero sentir como friccionan contra carne fresca aún latiendo.
Querrías saber por qué iniciaría un revuelo en el club; sabiendo las inseguridades de las aproximadamente 20 personas con quienes me he involucrado espiritualmente estos meses, jugarlos es fácil, sólo necesitan un incentivo para atacar.
Cualquier persona puede hacer lo que quieras con la motivación correcta.
El caos me atrae y su confusión me divierte.
Agujas.
Son fáciles de ocultar.
Un golpe en el lugar indicado mientras finges indiferencia.
De pronto hay un círculo de personas discutiendo entre ellas.
Debes ser suficientemente inteligente para no incriminarte directamente.
Qué mal.
Llegué a apreciarlos un poco.
Qué mal que todos sean del montón, cuando están ebrios se comportan como la mayoría.
Qué asco.
Y me alimenté del rencor y las envidias que se tenían mutuamente.
Y sólo aprendiendo a convivir fueron alimentándose entre ellos su cizaña.
Pues, llegas a detestar a alguien tanto por vivir tan cerca y tanto tiempo, que le llegas a necesitar para seguir con vida.
Necesitas algo o alguien a quien detestar.
Así son los humanos.
Pronto con mi puño los haré desaparecer.
Sólo quedará polvo que será disparado al espacio para formar parte del hielo cósmico que circula como la sangre del universo.
Antes de amanecer yace mi víctima en la cama esperando algo diferente.
O pero deberías saber mejor, que yo no soy una de ustedes, y sólo me interesan los rocíos carmesí y rubí que salgan de ti.
Una daga corta es lo más personal que consigo antes de los dientes.
O pero no te cubras el cuello, es mi lugar favorito.
La adrenalina va bajando al igual que los trozos de carne cruda por mi garganta.
A ti no te agradeceré, víctima anónima.