6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

marzo 31, 2012

Otoños en marzo

1
Todas las piezas cayeron.
Mi cara escurriendo de sangre.
No puedo repararte.

2
Aprendí a contar mis costras.
Tú no estás en mi cuarto.
Te perdono.

3
Lesiones recorren mi cuerpo.
Soy un ente individual.
Te sientes a ti misma.

4
Me disuelvo en el aire.
Hoy comí pay de queso.
A veces latir no provoca iniciativa.

5
Mi cuerpo pretende cambiar mi química cerebral.
Me sumerjo y acuchillo mis nuevas personalidades.
Duermo mucho.

6
Estoy ahí afuera.
Soy invisible en la lluvia.
Sepo como agua de mar.

7
En la mañana aúllas intimidante.
Y mueves las nubes.
No salgo.

8
Sentado en mi silla.
Miro hacia la nada.
No sé si existo.

9
Siento que te fallé.
Hago cosas que nadie sabrá.
Escucho claramente que mi corazón está cansado.

10
El dolor perforó el cráneo.
Mis manos se mojaron.
Se me escurren los ojos.

11
El negro dio paso a los colores.
Me diste lástima.
Te encerré.

12
Esperar me sabe amargo.
Algunas pesadillas no llegan de noche.
No hay corazón sino arena.

13
Apenas sosteniéndome de pie.
Aparecí en otro tiempo.
Te forcé a que me recibieras.

14
Te encontré a la mitad.
Escucho al mar desde aquí.
Tengo mis pies en las nubes.

15
Restaurarme.
Respiraciones difíciles.
Perdí responsabilidad.

16
La primera vez que te vi te me hiciste tan pequeñita.
Demasiadas alternativas en mi mente.
Podría pasar el resto de tu vida junto a ti.

17
Se me cayeron los brazos al cielo.
Desperté y no estabas.
Dejé de imaginar.

18
Mi ventana da hacia el patio.
El implante fue todo un éxito.
No saldré de aquí.

19
Te escucho entre las plantas.
Me aterran tus ojos.
Me acerco a ti.

20
Hoy me siento mejor que ayer.
Ruidos de máquinas me despertaron.
Padezco sed.

21
Nadie vino a visitarme hoy.
Escuché el mismo disco mientras estuve despierto.
Extraño el sabor matutino a sangre y mar en mi boca.

22
Me dejaron un regalo en el cuarto.
Rostros no familiares observándome.
Lluvia engullendo bosques.

23
Se me hizo difícil controlar mi enojo.
Se burló de mí.
Tiré los medicamentos al piso.

24
La vestimenta es limitada.
La plática es breve.
Sueños demasiado vívidos.

25
Se pierde continuidad.
Fue factible suspender el tratamiento.
Sonreir es fácil.

26
Te hice promesas.
Cambiaste mi camino.
Exámenes de rutina.

27
Imagino que soy un ave.
Sueño con fantasmas del futuro.
Mi piel se aclara.

28
Me lastiman tus voces invisibles.
No soy tan fuerte como me ordenas.
El interior se oxida.
 
29
Se toman las muestras.
El desayuno fue diferente hoy.
Memoricé frases.

30
No tengo palabras.
Nadie ama a alguien sin corazón.
Más anestesia de lo normal.

31
Permití que me acompañaras.
Aún eres libre.
Mis últimos momentos.

marzo 25, 2012

Clon.


19 de mayo de 2009.  

Dos meses. Llevaban dos meses de conocerse. Leo era un chico extrovertido y sociable, a la vez que se reservaba mucho de sí mismo y era selectivo en sus amistades, pero no demasiado. Era de esas personas que te ayudarían siempre que pudiera. Así que cuando Mar lo encontró en un curso de arte, se conectaron en un nivel invisible para el resto de la clase. 
Mar había terminado recientemente la preparatoria, intencionalmente dejando pasar el tiempo para no entrar a alguna universidad ese mismo año, sino el siguiente. Ella le ayudaba a su madre y sus hermanos en el negocio familiar, una tienda de ropa y de regalos. Por ese tiempo estaba de vacaciones con su hermana menor, visitando a una de sus tías, en Toluca, de donde era originario Leo. 
El curso de arte duraría 3 meses y medio, por lo que ella lo encontró a la mitad. Eventualmente tendría que regresarse a Pachuca para que su hermana menor volviera a la escuela, aunque ella podía quedarse más con su tía, pero tendría que pagar por sus pasajes. 
Mar no era una chica bonita. No tenía una armonía reconocible en su cara, claro que tampoco era repugnante. Al parecer su cuerpo no terminaba de desarrollarse, y no acostumbraba el ejercicio. No. Su encanto yacía en su personalidad. 
Pues Mar era una de las personas más lindas que Leo había conocido. Tanto así que en una ocasión le compartió la mitad de su comida a éste, ya que Leo vivía en la pobreza. Para Mar no era inconveniente, aunque no era rica, nunca tuvo carencias. 
Así, Leo se vio extrañamente atraído hacia esta nueva persona que aparecía en su vida. Mar por su parte, lo idealizaba, llamándolo "príncipe", algo que en el interior molestaba a Leo. 
Cuando terminaron las vacaciones, Mar regresó a Pachuca como había dicho, para regresar a su hermana menor. 
Tardaría dos semanas en juntar suficiente dinero y permisos de su madre, que, aunque siendo Mar casi mayor de edad, aún le restringía sus salidas "por ser mujer". Perdería una clase de arte debido a eso. Pero regresó a Toluca para completar el curso, fue su pretexto. 
Leo trataba de no hacerse ilusiones y no sentir más de lo que objetivamente estaba sucediendo afuera de él. Hasta que lo logró. Y objetivamente sabía que Mar no le gustaba, pero podía hacerla feliz un momento quizás. 
Terminó el curso, Mar se quedó un mes y medio más antes de regresar a Pachuca. Siguieron comunicándose por internet durante otro mes antes de que ella se decidiera a invitarlo a visitarla. Leo no le habría sugerido él mismo tal cosa. 
Así pues, a pesar de la desconfianza de su familia con esta chica, que ni les había presentado, ni les había contado al respecto, Leo viajó a Pachuca con casi nada más que dinero y la ropa que llevaba puesta. 
Mar lo recibió en la terminal de autobuses. Rápidamente tomaron un taxi hacia la casa de ella. El transporte había tardado más de lo calculado, por lo que atardecía muy pronto. Mar le dijo que se podía quedar a dormir. Leo no vio inconveniente por sí mismo, pero sabía que debía avisar a su casa al menos. Le pidió su teléfono y le marcó a su madre, quien dijo que no al principio pero que le preguntara a su padre, lo cual hizo Leo, para la fortuna de Leo su padre estaba desocupado en ese momento. Su padre sólo le pidió que se cuidara mucho y que no hiciera tonterías, pero lo dijo en un tono de "no embaraces a esa chica" que molestó tanto a Leo que le colgó fuerte el teléfono. Mar se vio un poco sorprendida de Leo, quien no demostraba emociones fuertes muy seguido. 
Pasaron el resto de la tarde entre platicando, escuchando música, jugando, y eventualmente sí, teniendo relaciones. 
Después de cenar Leo sintió mucho sueño, tanto que no alcanzó a cepillarse los dientes. Se quedó dormido muy rápido. 
Despertó en una bodega grande, atado a una silla. La sangre le subió a la cabeza al instante. En ese momento comprendió todo. 
Mar no era realmente una chica triste promedio. Todo era un plan para secuestrarlo. 
A pesar de que Leo no estaba amordazado no intentó gritar. Aplicó ejercicios de respiración y logró reducir sus látidos. 
Pronto llegó un sujeto mayor con gabardina, desaliñado, sin rasurarse y con muchas cicatrices en la cara. Lo primero que preguntó fue si sabía lo que estaba pasando, a lo que Leo respondió que sí. 
En ese momento involuntariamente sonrió a medias, y dijo: 
"¿Sabes que todos ustedes están muertos verdad?"
Y su siguiente frase automática fue 
"Yo no tengo dinero" 
Pero ya sin sonreir. 
El sujeto se rió a su vez, aclarando que sabía que su padre sí tenía dinero, y que pagaría una buena cantidad por su rescate. Leo empezó a reir. 
"Debieron investigar mejor, a mi padre lo despidieron hace tres meses."
El puño del sujeto se estrelló en la cara de Leo, quien no paraba de reir. 
Se abrió la puerta metálica y entró mar, lo que provocó un súbito salto en los latidos de Leo. 
Mar ahora estaba arreglada, lo que conseguía maquillar un poco de su ausente belleza natural. 
"Tienes que presionarlo más, éste es uno de los que se hacen fuertes, pero no lo son" Fue lo que dijo Mar. 
"¿Al menos podré saber tu nombre real, zorra?" Preguntó Leo. 
Mar, dirigiéndose al sujeto con cicatrices, después de una breve pausa dijo "Empieza con la llave." y salió de la bodega. 
Leo escuchó como se recorría una mesa de metal con varios artículos sobre ella. 
"Qué predecible y patético." Dijo Leo.
Al mismo tiempo, otro sujeto, calvo, más musculoso, sin vello facial se acercaba al centro de la bodega, donde estaba atado Leo. 
El primer sujeto, tomó una llave de tuercas y golpeó a Leo en la cara, lo que interrumpió su risa, hacia un estado de seriedad contenida. 
"...no voy a gritar..." murmuró casi inaudiblemente Leo. 
"¿Qué dijiste?" Preguntó su torturador. La respuesta de Leo fue la misma.
No lograba escucharlo así que acercó su oreja a la boca de Leo, al tiempo que le ordenaba al sujeto calvo "Sujétalo. No quiero sorpresas."
"Puedes hacerme todo lo que quieras. No voy a gritar..." Fue lo que dijo Leo. Lo cual pareció irritar al sujeto con cicatrices que lo comenzaba a asfixiar con sus propias manos. Leo perdía el color de la cara cuando el sujeto mayor se detuvo. Pareció dejar de respirar, cuando un par de segundos después tosió sangre. 
"¿Y tú qué le quieres hacer?" Le preguntó el primer tipo al segundo. 
El calvo miró la mesa, tomó una barra de metal, y la estrelló contra una de las piernas de Leo, quebrándola. El sonido retumbó en toda la bodega como si fuera carne siendo cortada. 
Pero no hubo respuesta de Leo. Incluso parecía haber perdido el color en los ojos. Pero su media sonrisa no desaparecía. 
"Todos ustedes están muertos. No voy a gritar." Seguía murmurando Leo. 
El primer sujeto tomó una navaja y le cortó la ceja izquierda a Leo. La sangre hizo que cerrara el ojo. 
"Novatos." Exclamó Leo. 
El calvo ahora tomó un martillo de la mesa y golpeó a Leo en el hombro, rompiéndole más huesos. 
El otro sujeto tomó un soplete y le quemó la palma de la mano izquierda, a lo que Leo respondió "Te falta la derecha."
"Hijo, nosotros llevamos más tiempo en esto, en algún momento gritarás, no puedes engañarnos" Dijo el primer sujeto, mientras se fumaba la segunda mitad de su cigarro. 
Leo no borraba su media sonrisa. 
El calvo entonces lo tomó de la cara, abriéndole la boca y le clavó alfileres entre los dientes, lo que provocó que Leo temblara. Parecía convulsionarse. 
Le quitaron los alfileres y lo revisaron. La respiración de Leo se hacía más agitada. 
"La jefa no quiere que lo dejemos muy magullado." Dijo el primer sujeto. 
"¿Qué tanto es muy?" Preguntó el segundo. 
"Lo sabremos cuando estemos ahí." Respondió el primero. "No lo dañaremos irreparablemente, eso le bajaría el precio" Agregó.
"... Si quieren tener alguna posibilidad de vivir, mejor se detienen pronto..." Murmuró Leo de nuevo en tono casi inaudible, mientras que la sangre mezclada con saliva se escapaba de su boca. Pero los sujetos no hicieron caso. 
Siguieron algunas horas así, cuando regresó Mar para revisar su progreso. 
"Este es uno de los que no dicen nada señora." Reportó el primer sujeto. 
"Quizá esperaba decírmelo a mí." Contestó Mar, mientras se acercaba a Leo. 
¿Me vas a decir el verdadero teléfono de tu padre?" Preguntó Mar después de haber revisado el celular, entre las otras pertenencias de Leo, que parecían falsificadas. "No tenemos por qué prolongar esto." Afirmó Mar. 
"... M... " Trataba de balbucear Leo. 
"No es nada personal cariño, son sólo negocios." Dijo Mar antes de ser interrumpida por el timbre de su celular personal. Era su segundo al mando, con una voz en tono preocupante. 
"¡Los mataron señora! ¡Los mataron a todos!"
"¿De qué hablas? ¡Cálmate, no te entiendo!" Preguntó Mar.
"¡A los niños, a su madre, los sirvientes! ¡A todos! ¡Alguien los ejecutó--!" Fue lo último que alcanzó a decir antes de que por el auricular se escuchara claramente el sonido de su cuerpo cayendo al piso. La llamada se cortó. 
El semblante de Mar se transformó ante tal revelación. Leo apenas podía levantar la mirada, pero lo notó. Y a través de su cara hinchada y demacrada le dijo "Si te sirve de consuelo, no mató a tu perro. Los animales no tienen la culpa." 
"No te creo, debe ser un truco." Dijo Mar, tratando de ocultar con seriedad la preocupación. En eso sonó otra vez su celular personal, ahora con el tono para mensajes. 
Era una foto de una chica en el suelo, con una marca en la frente, al pie de la foto "La siguiente eres tú perra." decía el texto, seguido por la contraseña que le había dado a su prima cuando algo de estuviera realmente mal con ella. Al hacer acercamiento a la foto pudo ver que era una entrada de bala, y sangre alrededor de su cabeza. Mar cerró el mensaje inmediatamente. 
"¿Quién hace todo esto? ¡Sólo dame el teléfono de tu padre! ¡Esto sólo es por dinero, entiéndelo!"
Leo reía modestamente, antes de levantar la cara, y decirle en voz alta abriendo los ojos todo lo que pudo hacia Mar, sin dejar de sonreir: 
"¡MUÉRETE!"
Su voz no terminaba de alejarse de él cuando el crujiente sonido simultáneo de balas atravesando cráneos a alta velocidad se desprendía desde él, Mar, los dos torturadores y de los dos guardias afuera de la bodega. 
Un par de horas más tarde llegué a la escena. 
Entré a la bodega, y me acerqué a Leo. 
"Uno de mis mejores..." Le dije. "Es una lástima que no quisieran cooperar. Habríamos hecho grandes cosas." Agregué para mí mismo, mientras contemplaba el cuerpo aún tibio de Mar. 
Tomé uno de las navajas para bisturí de la mesa, e hice un corte en el pecho de Leo, de donde recuperé el dispositivo. 
Mis guantes de látex se mojaron al retirar el par de audífonos que llegaban casi hasta sus orejas. Quedó como una marca más que se confundiría con tortura. Puse las cosas en una bolsa, y se la di a uno de los técnicos que me acompañaría de regreso. Después de que me fui, llegó el equipo de limpieza. En la noche la bodega ya estaba siendo rentada y funcionaba normalmente. 

Todos ellos ya están muertos. 
¿Lo entiendes ahora? Elige bien a tus blancos. 
No tengo dinero, perderías tiempo y esfuerzo. 

marzo 24, 2012

Fran (I, II)

(I)

Ella ya se había acostumbrado a que no la miraran a los ojos. A que se dirigieran a ella con adjetivos ofensivos. Pues, Fran no era bonita. Aunque tenía un cuerpo bien formado, lo que le ayudó a conseguir trabajo de secretaria rápidamente, eso y sus talentos, pero claro, el abuso verbal continuó, como sea, eso es en el futuro, aún estamos en el presente/pasado cuando cursaba la preparatoria.
Sus ojos se habían cansado de llorar. La única hora buena era la hora de la comida, porque su familia olvidaba sus problemas. Claro que el padre era un alcohólico golpeador. Claro que su madre era una cutter y burner negligente de sus responsabilidades. En su casa no se hablaba de depresión. No se hablaba de los problemas. Su padre ganaba suficiente para mantenerlos, y que ella y sus dos hermanos estuvieran en la escuela.
Fran era la mayor, de ahí le seguía un hermano, y luego la hermana menor, que después fallecería por una enfermedad de sus órganos. Su hermano le seguiría, pero por otras causas más brutales.
En fin, eso no sucede aún, sólo te pinto el panorama para que no te sorprendas.
En la escuela Fran tenía sólo dos "amigos", uno de ellos bastante nerd, que era el que le hacía plática. Y la otra le hacía caso sólo cuando no andaba con sus otras amigas, las "populares". Fran sabía muy bien que ella no era una verdadera amiga, sólo se juntaba con ella porque era inteligente y en los trabajos en equipo siempre quedaba sola. Incluso su amigo Mario tenía facilidad de palabra y quedaba en los equipos aunque no fuera excepcionalmente inteligente. A diferencia de Fran, que sufría depresiones constantes pero ya se había acostumbrado. Incluso un tiempo se cortó, pero sin resultado, así que lo dejó.
Antes de terminar la prepa, se formaría el mal hábito de fumar.

(II)

Un poco de antecedentes. Y es que la primera vez que Mario y Fran cruzaron palabra, ella le cayó mal. Fue el primer año, la primera semana, un jueves en la tarde. No hacía calor particularmente, pero el sol se alcanzaba a deslizar por los cerros que se distinguían a lo lejos por las ventanas de su salón. Por poco y no quedaba en la escuela, Mario llegó tarde al examen de admisión, y pagó su colegiatura el último día en el último momento. Mario era hijo único, por lo que le contaba a Fran, aunque de pronto mencionaba un hermano menor que ella no sabía si había fallecido o era medio hermano que veía a veces. Su padre trabajaba en un taller, y su madre era ama de casa que vendía ocasionalmente productos de catálogo entre sus conocidos. No tenían mucho dinero, por eso fue el último día que pagó su inscripción en la escuela. Para Fran estas eran circunstancias de vida que no importaban en el orden general de las cosas. Ella tenía prioridades diferentes, quería salir de la escuela e independizarse, y sacar a sus hermanos de la casa.
La otra "amiga" de Fran, realmente estaba en un salón diferente y la transfirieron empezados los cursos. Su padre era diputado o una cosa así de la política, por lo que no le faltaba el dinero pero sus padres estaban separados y vivía con su mamá, en una casa modesta pero cómoda, según lo que le había contado a Fran. Se juntaban varias chicas a la hora del receso, así se conocieron, Belém notó que Fran era rara desde el principio. Belém la invitó a comer una vez porque no tenía muchas amigas entonces, pero Fran no pudo ir porque sus padres no la dejaron.
Secretamente, Belém fumaba, mientras que Mario se embriagaba los fines de semana como los adolescentes promedio.
En el segundo año ya andaban más constantemente juntos entre clases, y se buscaban para trabajos en equipo. Estas tres personas a pesar de ser muy diferentes y quizá tener muchos roces se combinaban bien, y sacaban buenas calificaciones cuando estudiaban juntos.
Los padres de Fran se habían juntado muy jóvenes. Y a pesar de lo deteriorada que estaba su relación habían acordado silenciosamente no separarse. Quizá fue esta inmadurez por parte de su madre que aún tenía crisis emocionales. Al principio a Fran le asustaba entender tan bien a su madre, y pensar que se volvería como ella.
Cada vez que su padre llegaba ebrio a casa, se molestaba mucho por cualquier cosa. La madre de Fran pagó muchas veces las consecuencias, aunque ella se atribuía la culpa de todo. Fran, por ser la mayor protegía a sus hermanos, y quizá este ambiente hostil propició que la relación entre los tres fuera buena. Se tenían sólo a ellos mismos.

(continuará)

marzo 22, 2012

Te soñé ♥


Tuve uno de esos sueños lentos, tibios.
Inconsciente pero vivo yacías.
Y no despertabas mientras arrancaba las venas de tu cuello con mis colmillos.
Y con mis manos iba despegándote la piel del pecho.
Apliqué fuerza con mi codo y logré romperte las costillas.
Tu corazón latía hermoso salpicándome carmesí.
Mis manos no me dolían del esfuerzo, ni estaba temblando. Lo ves, logré superar mi nerviosismo frente a ti.
Soñé que mis manos te esculcaban por dentro y apretaba tus órganos internos.
Tus pulmones tienen un raro color.
Adentro apestas, pero logré controlar el sueño.
En la euforia te partí en dos, tu piel salió volando y las paredes se embarraron con tus vísceras rasguñadas.
Me encantaste, pero no superas a las anteriores. Las mujeres estallan diferente.
Sonrío. La sangre escurre por mi barbilla. Gracias por no despertar, me habrías arruinado la fantasía perfecta.
Después todo ardió. El olor de la carne quemada, y la sangre fresca es embriagante, alucinante.

marzo 18, 2012

Pastillas de silencio.

No existes, así que no leerás esto.
No estás aquí para detenerlo.
Ahora, no te cuento cuando me corto. No te cuento cuando dejo de comer a propósito.
Ahora sólo hay silencio.
Hay un límite de cuánto me pueden provocar antes de que estalle como la bolsa viscosa de vísceras que soy.
Tal vez lo mejor sea no contarte.
Tal vez lo mejor sea no ausentarme.
No dar razones para preocuparte, ni que me extrañes, porque no hay problema difícil o imposible aquí.
No te cuento cuando mi autoestima está por los suelos y sólo quiero sangrar.
No te cuento de mi plan, no te cuento de mis miedos.
No te cuento que me siento humano a veces.
No te cuento cuando muero de ganas de llorar y gritar y rasguñar las paredes hasta romperme las uñas.
No te cuento de mis dolores de cabeza.
Ahora, sólo hay silencio. Y no deberías preocuparte.
Y no existes, así que no lees esto.
No estás aquí para detenerlo.
Tal vez lo mejor sea pretender que no me sucede nada.
Tal vez lo mejor sea demostrar que estoy vacío.
Tal vez lo mejor sea despedirme de ti desde ahora.
No te cuento que me da miedo la vida y quiero morir.
No te cuento que esta realidad no me satisface y no pertenezco a este tiempo y lugar.
No te cuento de cuando me enojo tanto que me dan ganas de vomitar.
No te cuento de las veces que estoy tan enojado que quiero romper y quemar todas mis cosas y a mí también.
Ahora hay silencio, porque no existes.
No te cuento de las veces que la tristeza es abrumadora y no quiero seguir respirando.
No, porque nada de esto importa realmente.
Ahora sólo hay silencio porque me conoces demasiado, sabes que todo mejorará eventualmente.
Y sabes que no siento incertidumbre; si he de morir, lo haré antes de estar desesperado.
Sabes que todo esto carece de importancia, sabes que mis sentimientos son muy intensos y me confunden, sabes que me considero a mí mismo como "poca cosa" porque me conozco demasiado bien.
No te cuento que soy una mala persona y al final muchas personas me detestarán.
No te cuento cuando deseo con todas mis fuerzas no haber nacido.
No te cuento sobre mis condiciones mental y física, ni los resultados de mis exámenes médicos.
No te cuento porque no te interesaría saber.
No, ahora sólo hay silencio.
Todo se resolverá, me encargaré de eso, no voy a ser una carga para nadie mucho tiempo más.
Ahora sólo hay silencio.
Me trago mi dolor.
Me callo y me trago mi dolor.
Me trago mi enojo, mi angustia y mi dolor.
Y no te cuento que dejo que la depresión me consuma porque no me importa suficiente vivir mucho tiempo más.
Me quedo callado.
No te cuento que detesto a ese ser que me mira con lástima en el espejo todos los días.
Me callo y me trago mi dolor y mi autodecepción.
Me ordeno callarme y hacerlo.
Me ordeno salir.
No te cuento que me forzo a vivir porque me detesto.
No te cuento de lo mucho que me detesto.
No te cuento que soy feliz en sueños porque no tengo que lidiar con la realidad.
No te cuento de lo mucho que me gustaría ser útil o tener una habilidad que me ayude en la vida.
No te cuento que me gustaría tener un lugar donde pertenezca.
No, ahora sólo hay silencio, porque no existes.
No te cuento, y quizá sea lo mejor. No quiero que pienses nada.
Porque nada de esto importa.

marzo 15, 2012

Navidad, 3AM


Ya todos estaban dormidos.
Bajé en silencio.
Para mí era una caja grande, con envoltorios rojos y un listón verde.
Al tomarla se me hizo muy ligera.
No aguanté la curiosidad y me decepcioné vaciando mis ojos en lágrimas porque estaba vacía.
No podía dormir y tuve pesadillas cuando lo logré.
El dolor seguía sabiéndome amargo por la mañana.

Tengo la maldición de no olvidar algunas cosas.

-¿No vas a abrir tu regalo?
-No, quiero desayunar...
-Quizá te lleves una sorpresa...
-¿Cómo qué? ¿Como que esté vacío?
-...
-Anda ábrelo, tus hermanos están junto al árbol.
-¡QUE NO QUIERO HACERLO!
(tira el cereal y se va corriendo al cuarto)

(sollozos)
-Manuel.
-...
-Manuel, tu regalo no estaba en la caja, te ordenamos algo y, íbamos a ir al rato a recogerlo...
-...

Se "compuso", al final, esta historia.
¿Por qué juegan con mis sentimientos?
Mi mente mantiene frescos los traumas que conllevan a destruirlos.
Y es muy buena en lo que hace.

-

Navidad, 2PM.

marzo 07, 2012

Pokédex NeoNational

Este es mi orden de pokémon con las familias acomodadas por generación, preevoluciones y evoluciones "cruz-generacionales" se agregaron a la primera aparición del pokémon; es decir que el 25 es Pichu, seguido de Pikachu y Raichu, siguiendo esa numeración el 44 es Zubat, 45 Golbat, y 46 Crobat. Otro ejemplo notable es Roselia, que tiene antes a Budew y después a Roserade. Y así con todas las generaciones. 
Otro cambio fue reacomodar a Dialga, Palkia, Giratina y Regigigas, más acorde a numeraciones anteriores.
La numeración de la generación 5 quedó igual ya que no se enredaron involucrando en Unova/Teselia pokémon de generaciones pasadas. (Incluye una columna con los números aún oficiales G1-G4)

Txt y .xls:

http://www.divshare.com/download/16974240-e77 txt
http://www.divshare.com/download/16974235-5db  xls
http://www.divshare.com/download/16974235-5db rar con ambos
http://www.divshare.com/download/16974243-c9e zip con ambos

pokemon pokémon full list plain text txt printable checklist pokedex national neo national correct order cross generation 151 251 386 493 649 Gen5

sí, soy un PokéDios.