6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

febrero 29, 2012

Para quien se roba mis cosas.


Para el individuo que se roba mis envíos, y sé que los de los demás también:

Yo sé que usted padece de una patología mental que le provoca sentir un deseo irresistible de apropiarse objetos que no son suyos.
Entiendo eso, de verdad lo hago.
Entiendo que cuando usted tiene esos paquetes en las manos, y por el misterio de no saber qué contienen, se desate una necesidad de tomarlos y quedárselos.
Lo comprendo, y por ser lo más probable usted del servicio postal, le parecerá fácil darlos por perdidos y quizá hasta levantar un reporte de no recibido a su terminal, su puesto, su oficina, la bodega donde usted trabaje.
Le repito, le entiendo.
Pero me consta que usted no apreciará igual que yo los discos que compré.
No, no lo hará. Aunque trate.
Me ha costado trabajo localizarlos, tiempo y dinero.
Sé que aunque usted gustara de mis preferencias musicales, no apreciaría con tanto entusiasmo escuchar una canción en su formato original, como fue planeada para ser escuchada.
Así pues, como no puedo hacer mucho por el momento, sí le prometo una cosa:
Cuando sepa quién es usted, averiguaré también donde vive.
E iré a su casa de noche, y romperé su puerta.
Y lo golpearé a usted en la cara hasta que se me cansen los brazos y me duelan los puños.
Y golpearé también a toda su familia. A su esposa, a sus hijos, y hasta a su madre.
Y tomaré MIS discos de música.
Ya con su dolor físico me daré por bien servido.
Retribución.

Por su atención, gracias.

febrero 11, 2012

Foso.

(extracto)

Estoy en el foso, y no puedes salvarme.
Aunque sería divertido ver que lo intentes.
Sería divertido por una vez estar más equivocado.
Sería divertido si te quedas.

febrero 08, 2012

En tres paredes.


Últimamente mis fluídos huelen a medicina.
Es porque no me alimento bien, consumo muchos químicos.
Mi hermano menor falleció.
Mis familiares pasaron por un pesar, y aún se nota la ausencia.
Les voy a contar lo que eso significa para un suicida, el ya no sentir que suicidarse sea tan fácil debido a las circunstancias.

La vida es difícil, la mayoría del tiempo quiero escapar.
Lo tenía planeado para 2010.
Lo había pensado rigurosamente, un plan impecable, una meta indetenible.
Entonces uno de mis hermanos murió.
Y todo se complicó para mí.
Era de suponerse que sería mi muerte la que les provocaría tal desdicha.
Era lo más lógico, puesto que yo soy el "diferente", el que no tiene ganas de nada, el que no sabe hacer nada.
Era más lógico que me suicidara, porque en algún momento mi cordura reventaría cual liga pero siendo sólo un peligro para mí mismo.
Y me iba a ir lejos, a la costa que no conozco.
Y me iba a rodear de naturaleza.
Y estaría contemplando la puesta de sol sobre el mar, sentado en un acantilado.
Rodeado de árboles.
Y la sangre descendería por mi cuello, y haría un charco debajo de mí.
Dos cortes en lugares precisos.
Ya estaría muy ebrio y medicado para que me importara.
Así visualizaba mi desperdicio.
Ahora, no es que les importe, pero planeo que mis órganos sean donados cuando muera.
Aunque otra parte de mí piensa que mis órganos seguirán generando infelicidad en donde sean implantados.
Ahora, aún quiero morir, pero ya no tan fuerte.
Estaba entre cuatro paredes, con una pala a mis pies y un dulce en mi boca.
Y bebidas rehidratantes.
Ahora, ya no tengo pala, y la pared detrás de mí ha colapsado.
Ya "no puedo" suicidarme, porque he visto el pesar que eso trae a otras personas.
Aunque, como digo, muerto ya no me importarían tales cosas.
Pero este no era mi plan, no era como debía suceder.
Me siento atrapado porque no tengo la voluntad de seguir con esto.
Pero me detienen las paredes alrededor de mí.
Soy un suicida, pero ahora no se supone que me mate.
Ahora se supone que viva.
Y no elegí eso. No elegí esto.
El plan era que yo haría pasar a mis familiares por esto, una vez que se enteraran, años después, porque en mi plan yo dejaba una carta donde decía que me mudaba y que no me iban a encontrar, pero después de mucha investigación daban con el paradero de mis restos, aunque no quedaba mucho porque los animales del bosque se encargaron de desperdigar mis huesos. Pero encontraron cosas representativas. Solamente una persona sabría de esto, Natalie.
Y le pediría que me guardara el secreto, aunque por como es ella, quizá también sería ponerla en una situación difícil y ella sentiría que debe decirle a mis familiares.
Sabiendo esto es probable que tampoco a ella le contara sobre mis planes de acabar con todo.
Como dije, mi plan era impecable.

La vida es difícil, la mayor parte del tiempo me quiero ir.
Pero también para morir necesito dinero.
Ya no puedo ser tan irresponsable como para arriesgarme a que encuentren mi cadáver y tengan que aplicar otro gasto en servicios funerarios, no, les dejaría dinero para que no me buscaran, y esta vez no me encontrarían.
No me quejo, dije que ya no me quejaría. No, simplemente señalo.

Así que, soy suicida, y no disfruto de la vida, pero se me ha puesto un retén para suicidarme debido al fallecimiento de mi hermano.
Me siento atrapado, la solución verdadera está ahora fuera de mi alcance.
Ahora se supone que viva, y no creo que tengan una idea de lo difícil que es para mí hacer cosas que no me gustan.
Ya voy sintiendo ese dolor necesario que me impulsa a hacer cosas, dejo de pensar, quiero dejar de pensar.
No me gusta tratar con gente. No me gusta la gente, suelo fantasear con asesinarlos.
Y como esas cosas pasan en mi mente, me asquea verlas en los medios, ya no necesito verlos otra vez.
"El dolor es obligatorio, el sufrimiento es opcional", a algunos no nos dieron esa opción.
Soy inmune a algunas de las reglas, pero no a todas.
Cuando no entienden lo que digo es porque no están poniendo atención.

Antes era más fácil morirme.
Se suponía que sería yo.
Porque yo soy el que no disfruta la vida.
Yo soy el que no quiere hacer algo.
Yo soy el que no es algo.
Ahora tengo que pretender otra vez para que no me hagan preguntas.
No soy nada, y nunca lo seré, y por eso debía ser yo el ausente, porque de todos modos no encajo, no me siento bien, no hago algo por los demás, y soy fácilmente reemplazable, por alguien mejor.
Pero ahora ya me han quitado esa opción.
Ahora sólo me queda mirar hacia arriba.
Estoy en tres paredes que no caerán. No me concederán ese alivio.