6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

enero 06, 2022

Tu amiga, aún.

Yo le advertí.
Le dije que soy egoísta, que no iba a pensar mucho en ella, que no la iba a considerar en mis planes. Le dije que mis cosas van a seguir siendo mis cosas, que no iba a pensar en regalarle nada porque para eso trabaja; así como yo, nadie me regala nada, y si lo hace, qué bueno, "gracias", pero yo no se lo pedí. Que juego muchos videojuegos y veo series, y que no me gusta salir, que me daba lo mismo conocer a sus amigos y familia.

Le dije la verdad desde el principio: que sólo me interesa el sexo. Que no me interesa un compromiso más allá, que estaba equivocada si creía que iba a cambiar de opinión con ella, por ella. Se lo dije todo directamente pero no hay más sordo que el que no quiere oír. Le dije que la iba a buscar por eso, y quizá algunas otras cosas, pero principalmente por sexo. Que si quería estaba bien, pero que no esperara que eso se transformara en amor.
Y que me importa, sí, porque me sirve, pero no me voy a morir ni se me caen las paredes si un día desaparece. Que no la necesito ni ella a mí, no somos oxígeno ni antídotos a nuestras patologías. 

Le dije lo poco que podía ofrecerle y aún así aceptó, porque su daño es mayor que el mío. Yo entiendo que no necesito pareja para estar bien. Y como sabemos, no soy adecuado para estar en pareja, a menos que esté con alguien peor que yo. Mi daño lo acepto, lo tomo, no quiero cambiarlo ni que desaparezca. No me define un color, un gusto musical, o una creencia. Mi daño me define. Y yo entendí su daño y tampoco quise cambiarla. 

No entiendo cómo o por qué alguien querría estar con alguien como me presenté con ella, pero supongo que no vio más allá, que sólo buscaba un alivio al estar con alguien, con quien sea, y, siendo yo tan estable en mi apatía, vio eso, sin ver más allá. Que no le puedo pertenecer porque no soy un objeto, que no iba a pensar mucho en ella por el universo que traigo en la cabeza, que mi verdadero amor es la música, que se me dificultaría mucho amar a una humana mortal, monocéfala, con quien comparto pocos gustos y unas cuantas funciones biológicas. Que sólo estamos presentes en este periodo de tiempo en la vida del otro y no tenemos seguro quedarnos más tiempo. Que si perdía el interés la dejaría de buscar. 

Estaba bien solo, estaré bien solo.

Todos somos egoístas, y el que diga que no lo es, es egoísta y mentiroso. 

Y no estoy diciendo que sólo tengamos esa cualidad y que no podamos pensar en el otro de vez en cuando, pero cada quien busca su beneficio, su comodidad, su ganancia personal.

Se lo dije desde el principio y aún así se quiso quedar, y dice que se quiere quedar. Y qué bueno que no me ha pedido más de mí, porque no hay, no tengo más pensamiento ni "corazón" qué ofrecerle. Ya es suficiente el tiempo y espacio que decido compartir con ella. Y qué cansado sería recordarle todo lo que ya le dije, como, si algo en mí habría cambiado al estar con ella. Esta ponzoña recorriéndome las venas no se cura, porque no quiero que se cure. Esta maleza comprimiendo mi alma no se muere, la alimento con desdén, mantiene las piezas en su lugar, mantiene los filos juntos, para que no hagan tanto daño, para que no escape la luz, ni la sombra.

Ella está peor que yo, como dije, y sólo podría estar con alguien así, o que fuera peor persona que yo, como sabemos. Alguien que esté peor, o que sea peor.