6, El fin


Ishigo Ishimaru, estás mal de la cabeza; imagen 6

noviembre 23, 2022

Cronoponzoña.

¿Soy el 10 entonces?
¿El 10 en la lista?
¿O uno de los 10, a los que le decides contestar, devolver atención? 
¿Nos cuentas a todos lo mismo? 
¿Recibes los mismos elogios de ellos? 

Te hablo desde los rincones de envidia, donde no llega la luz. 
La luz que desprendo al pensar en ti, aún así. 
Luz como cuchillos que se hunden en el ser real. 
El que está seguro que debemos cortar contacto contigo. 
A ti sí arrancarte de raíz, embriagarme hasta el daño neuronal que apague esa energía de la que están hechos los recuerdos. 
Que desaparezcas por completo, como si nunca nos conocimos.  

Disfruto el dolor, disfruto ilusionarme con creer que algún día estaremos juntos. 
Masoquismo emocional; 
Te escribí, te escribo y te escribiré porque la fijación física que tengo por ti está incrustada en el cerebro, difícil de remover. Y como una infección, una invasión microscópica entre mis neuronas, circulando estás en mi torrente sanguíneo, pensar en ti, sentir por ti, me hace daño, y sabiendo que me hace daño, me niego a curarme. Quizá sólo sea eso: algo físico, enamoramiento hormonal, por respirar cerca de ti y se produzca dopamina que me hace feliz solamente porque estás a mi lado. Ha sido tanto tiempo desde que te conocí, que quiero engañarme pensando que ha trascendido, y que a este sentimiento intenso y terrible que me acelera los latidos, y me los alenta también, lo puedo llamar amor. 
Cartas que nunca leerás.
Te compuse canciones en hojas que quemé, en computadoras que despedacé, 
te dediqué canciones en la radio con otros nombres para que no supieras que era a ti. 
Canciones que no escucharás.
Hice dibujos de ti y de mí, y de la casa que nunca tendremos porque no te fijarás en mí. 
Dibujos que no verás.
Y si así fuera, no sentirás pasión por mí como yo ya ardo por ti. 
Esculpí tus brazos en arcilla y los rompí, te mencioné entre mis amigos y me arrepentí. 
El deseo de ha vuelto incontrolable y en persona tiemblo por dentro venciendo el impulso por tocarte. 
No podemos ser amigos, porque te deseo. Y quiero hacerte sentir como tú me haces sentir. 

{
Cuando recuperé ese poder, regresé. 
Regresé en el tiempo para evitarte el dolor de ovarios que padeciste la primera vez, esta, cuando lees esto, pero en cada bucle padeces algo igual de serio. Ha incluso ser algo de la sangre lo que tienes. Parece que el destino, las circunstancias, el tiempo mismo dicta que estés siempre enferma de algo. Hasta artritis te dio, a tus 28 años. 
Regresé en el tiempo, para llevarte al médico, y te arregle. Pero siempre contraes otra enfermedad, otra condición. Otro cáncer. Alguna vez fuiste alcohólica, y no fue nada divertido. 
No subí en la escala, sigo entre los 10. Sólo uno que te da dinero, que se preocupa por ti, pero que no ves mas que como amigo. 

No puedo darte aprendizaje si me rechazas cada vez. Seguiste con tu patrón de comportamiento y aceptabas patanes uno tras otro. A veces eran peores. No es ese tipo de daño el que estoy buscando.  

En uno de esos viajes sí logré que estuviéramos juntos, y te hice feliz un tiempo. Y creé estrellas por ti, de lo feliz que fui. 

Te hablo de un lugar de resentimiento, porque hice y di todo por ti, y no respondiste igual, 
ni te esforzabas al final, 
y te decías generosa, 
y te decías buena, 
y regresaste a tu camino anterior, con uno de los otros.  

Mi amiga me dio la idea de resolver eso de forma física con una confrontación pero yo no resuelvo las cosas así. 
Yo uso ciencias y brujería. 
No mancho mis propias manos con sangre de otros.  

Así que decidí otro viaje, para cimentar una estabilidad. 
Volvimos, pero no fue por ti. 

No te compartí de mi poder, para que no vivieras más tiempo. 

}

Ve como me traes, todas las estupideces que escribo por cómo me haces sentir. 
Pero claro, no es tu culpa, es mía por ser débil, por fijarme en ti y no poner un alto cuando pude hacerlo. 
Callarme la boca y no ser nada de ti, porque quiero ser todo para ti. Hasta soñé contigo, y me enfoqué en tu placer, no en el mío. 
Pero no te gusto, entonces esto es un deseo banal, una codicia, egoísmo. 
No sé qué se requiera de mí para poder estar bien contigo, que estemos bien los dos, pero estoy seguro que no lo tengo. 
Me mueves el piso, por eso bailo, para tratar de pensar menos en ti. 

--
[Cronoponzoña es un título que pensé en 2020, pero apenas desarrollé de qué iba a tratar... como los demás 'crono's, alude a ese tipo de viaje. Veneno que viaja a través del tiempo, junto conmigo. Daño que adquirí en un punto y retroceder las cosas o cambiar de opinión no hacen el antídoto.]

No hay comentarios. :