No, no me tienes seguro.
Porque,
si ni el tiempo en el que nado, ni el espacio que ocupo me pertenecen,
ni el aire que respiro,
ni la sangre que me circula ni los huesos que voy manejando,
no soy tuyo ni de nadie,
soy mío y de las estrellas, de cuyo polvo estoy hecho.
En cualquier momento se abre la tierra, o nos cae un avión, y ahí termina nuestra historia, sin haber comenzado.
Y regreso a ellas, a ser polvo otra vez.
{
Deidad Onírica.
Cuando sueño aparezco ahí.
Aquí.
Ahí.
En nada.
En afuera.
¿Dolor? ¿Miedo? Conceptos mortales de los que nos desprendimos.
Tiempo, construcción circular. Construcción esférica. Construcción cuadrimensional.
Aún más,
pero,
al regresar, mi materia actual no logra traducir, interpretar,
no caben esos recuerdos en esta mente, en este espacio.
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